Ya os he hablado en otras ocasiones sobre el cerco industrial de Peñarroya y del hecho de que se encuentra en peligro. Hoy os transcribo un magnífico artículo que aparece en el blog La Maquinilla (asociación para una Vía Verde en el Guadiato), y que Ruben Cañamaque López ha sido tan amable de enviarme para poder publicarlo en mi blog.
Nave Nordon. El tejado está desapareciendo. |
Su famosos puente-grúa ya es historia, nunca mejor dicho. |
Edificios adyacentes al antiguo Almacén Central. Hoy |
Este es un artículo que nunca hubiéramos querido haber escrito. Las imágenes que les mostramos reproducen algunos de los destrozos que se han contabilizado en el Cerco industrial de Peñarroya durante los últimos 4 meses. Esta es sólo la punta del iceberg del desastre patrimonial de primera magnitud que viene sucediendo en este pueblo minero desde hace décadas.
Adelante, entren sin llamar, porque no hace falta. Les invito a que den un paseo por El Cerco a cualquier hora de la mañana o de la tarde. Allí encontrarán a los hijos, a los nietos y a los biznietos de quienes trabajaron en este lugar organizados en cuadrillas especializadas, afanándose como auténticos profesionales y a cara descubierta en el desmantelamiento de estas estructuras imprescindibles para entender la primera y segunda revolución industrial de este país, que nos es poco. Llevan tantos días consecutivos acudiendo y durante tantas horas al sitio que podemos considerarlos empleados Cerco. Eso si, damos fe de que serán los últimos, porque dentro de unos meses ya no quedará nada robar.
Tan extraordinario saqueo tendría cierto sentido, que no justificación, si quienes lo perpetrasen no tuviesen nada para comer en una situación crítica como la que vivimos. Por el contrario, son personas de barriga llena y viejos vicios, ciudadanos, todos ellos, amigos y vecinos nuestros, bien cuidados y malcriados en la abundancia de otros tiempos. Por ello, no cabe hablar de crisis económica para explicar el "Cerquicidio" sino de crisis social, de valores, en esta población del Guadiato. Y es que el estado de necesidad que vivimos actualmente no es razón suficiente para explicar el rutinario atentado.
Ojalá pudiéramos decir que los peñarriblenses han perdido el respeto por las ruinas de las viejas fábricas del Cerco porque ello significaría que algún día lo hubo y podríamos tratar de recuperarlo. Por otra parte, tampoco hay tiempo para hacer filosofía del desastre. Es más, si algún día lo hubo y se hizo, es evidente que no sirvió de nada, de acuerdo con el alarmante estado actual de las cosas. La situación es tan grave que exige de las autoridades de este municipio la inmediata aplicación de rigurosas medidas correctivas y sancionadoras para sólo para posponer, que no solucionar, esta catástrofe patrimonial.
Conocemos la ya histórica limitación de medios humanos y técnicos del Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad para la vigilancia de tan inmenso complejo. No obstante, ello no debe ser utilizado como excusa para que se arbitren medidas de custodia eficaces. El hecho de que a diario, a todas horas, exista un tráfico constante de vehículos y personas carrillo en mano en la zona indica, precisamente, que algo está fallando en el plan de vigilancia de este conjunto patrimonial, por no decir que se pone en duda la propia existencia del mismo.
Tampoco parece una postura muy coherente que todos iniciemos debates sobre las mil maneras de recuperación de este inmenso legado arquitectónico y cultural en eventos como El Día del Cerco o las Jornadas andaluzas sobre gestión del patrimonio industrial cuando todavía no hemos conseguido asegurar su pervivencia si quiera como simple ruina.
A este ritmo destructivo, casi termítico, calculamos que en dos años habrán sido eliminados todos los elementos que convierten a estas moles de ladrillo, mampostería y carbonilla en únicas. Por ponerles un ejemplo gráfico para que lo entiendan mejor: en el rato que dedican ustedes a leer este artículo una cercha roblonada única va camino de la chatarrería.
Peñarroya-Pueblonuevo, le guste o no, se encuentra en un momento crítico desde el punto de vista patrimonial. En primer lugar, porque corre el riesgo de perder uno de sus símbolos fundacionales y fundamentales y, en segundo lugar, porque dicho problema es inaplazable. Es decir, que es una cuestión de ahora o nunca. En este punto sin retorno las autoridades del municipio tienen ante sí la responsabilidad de ser recordadas como aquéllas que salvaron el Cerco de su desaparición o como aquéllas que presenciaron su desmantelamiento-derribo y no supieron o pudieron hacer nada.
Asimismo, los ciudadanos de Peñarroya-Pueblonuevo, sus asociaciones vecinales, culturales y patrimoniales tienen el deber moral e histórico de defender este patrimonio seriamente amenazado, si verdaderamente quieren que éste sobreviva a la siguiente generación. Lo hemos comentado en otras ocasiones: el vínculo más potente con el pasado de toda sociedad lo representan sus edificios históricos. Sin el Cerco, Peñarroya-Pueblonuevo se queda sin memoria.
Debíamos haber actuado ayer pero no lo hicimos y me pregunto si actuaremos hoy. Mañana no quedará nada.
La Asociación La Maquinilla quiere brindar su apoyo a la corporación municipal de Peñarroya-Pueblonuevo en la protección de sus vestigios de origen industrial. Igualmente, sus asociados ofrecen su colaboración para conservar este paraje histórico de categoría europea.
A modo de resumen, hacemos inventario de los daños infligidos a las construcciones del Cerco durante el último medio año:
Central Térmica: eliminación de los barrotes de la ventana principal, destrucción de toda la sala de mandos, incluido el suelo.
Nave Nordon: destrucción del puente-grúa, eliminación de pilares que comprometen la estabilidad de la estructura del edificio. Incipiente desaparición del techo roblonado.
Antiguo Almacén Central: supresión del tejado y de las cerchas de almacenes anexos. El edificio principal se encuentra preparado para su desguace. Arrancamiento de una puerta que ha dejado un boquete de 4x3m.
Antigua fábrica de productos refractarios: eliminación de un tramo de 30 metros de tejado. Ello incluye todas las cerchas
Fundición de plomo: arrancamiento de las barandillas de las ventanas, fases iniciales del desmantelamiento del tejado.
Fundición de hierro: arrancamiento de listones horizontales que dan solidez a la carbonilla y eliminación de pilares que comprometen seriamente la estructura del edificio.
Por el bien del patrimonio local y comarcal, por el pasado, por el futuro, marca el teléfono del Cuerpo de Policía Local de Peñarroya-Pueblonuevo en caso de incidencia
957560204
957570880
Tú los llamas, ellos acuden
"La vida es peligrosa no por la gente que hace el mal sino por la gente que se queda viendo a ver lo que pasa". Albert Einstein.
Antiguo Almacén central en primera fase de desmantelamiento: 1) eliminar la madera del tejado. |
Antiguo Almacén Central: aquí había una puerta hace 1 mes. |
Sala de mandos de la central térmica. No quedan ni suelo, ni tabiques ni segunda planta. |
Cualquier cosa vale como herramienta para el derribo ¿Qué hace una puerta sobre un tejado? |