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Murcia. Denuncian el derrumbe de la cubierta del molino de Puebla de Soto.

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La Asociación para la conservación de la Huerta de Murcia (Huermur) ha denunciado el derrumbe de gran parte de la cubierta del molino de la pedanía murciana de Puebla de Soto, motivado por «la falta de inversión y el abandono».

Huermur denuncia que «prácticamente la totalidad del patrimonio cultural de la huerta de Murcia se encuentra en un grave estado de conservación y, si no hay un mínimo de inversión para evitar un mayor deterioro, en los próximos años todo será una ruina».

Ayer por la tarde, la asociación recibió una llamada de Puebla de Soto alertando de que gran parte de la cubierta del antiguo molino de esta pedanía había caído en el interior y sobre la maquinaria, y que bomberos y policía se encontraban en el lugar acordonando la zona.

Según apuntan fuentes de Huermur, este molino hidráulico, construido sobre la acequia mayor de Alquibla o Barreras, aparece citado como molino de los Abades ya que antiguamente pertenecía a la iglesia, aunque fue construido por don Pedro de Soto en 1476 posiblemente sobre un molino anterior hispanomusulmán. En principio se trataba de un molino harinero, pasando más tarde a moler pimentón, y que «en la actualidad se encuentra abandonado, tan abandonado que ni siquiera está catalogado ni protegido a pesar de ser una parte importante de la historia de Puebla de Soto», lamentan.

Desde las mismas fuentes se asegura que hace unos años la Consejería de Cultura publicó unas subvenciones enfocadas a restaurar principalmente el patrimonio hidráulico, para las que la asociación presentó la consolidación y puesta en valor de los restos del molino de Funes y el ayuntamiento de Murcia un anteproyecto de rehabilitación del molino de Puebla de Soto. «Finalmente cultura anuló esas subvenciones y el Ayuntamiento no llegó a solicitar la protección de este edificio», añaden.

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«La parte que se ha derrumbado carece de valor, pero, al tratarse de la cubierta, en muy poco tiempo el resto del edificio se verá gravemente afectado, a lo que hay que sumar los daños interiores provocados por el derrumbe y que algunos muros se encuentran agrietados y amenazan con venirse abajo», subrayan.

Según Huermur lo ocurrido en el molino de Puebla de Soto «es una muestra más del estado en el que se encuentra el patrimonio de la Huerta de Murcia, y, si no se hace nada, en poco tiempo iremos perdiendo un edificio tras otro. Como ejemplo citar algunos edificios de propiedad municipal y en un estado de conservación grave: el molino del Amor en La Albatalía, Torre Falcón en Espinardo, el molino del Batán en Zarandona o el puente de las Pilas en Alcantarilla». «Hay que tener en cuenta que además del daño en el patrimonio cultural, la falta de una conservación adecuada de estos edificios puede llegar a ocasionar un grave accidente a los transeúntes», apostillan.

Ante esta situación, la asociación ha planteado una inversión mínima y urgente con el fin de evitar un mayor deterioro de estos edificios, para después ir rehabilitándolos a través de la creación de una escuela taller para la recuperación del patrimonio, al igual que se ha hecho en otras ciudades. «De esta manera se abaratan costes y a la rehabilitación se le da un sentido social y de formación con la contratación de personas en paro», concluyen.

Requiem anunciado por el molino de abades de Puebla de Soto
Los medios de comunicación regionales se hicieron eco del derrumbe del techo del Molino de Abades de La Puebla -también conocido como de Caballero o de La Providencia- y aunque esperad0, te embarga de tristeza y rabia. Hace un par de años se aprobaron 100.000 euros para su rehabilitación, junto al de La Pólvora del Rincón de Beniscornia, por las administraciones municipal y regional. Esto nos alegró a los pueblanos, por salvar una parte de su historia y de la huerta de Murcia. Me consta de la buena disposición del presidente de la Junta Municipal , Francisco Galera, y sus encuentros con el concejal de Turismo, Miguel Cascales; pero lo de siempre, surgen problemas: que si la aguda crisis actual, que si el edificio era privado, etc. Y en unos meses, el edificio herido de muerte y otro berrinche por mi parte; otro edificio y lugar histórico desaparecido. 

Ahora trataré de describir algunas características históricas y sentimentales del molino harinero más grande e importante del antiguo reino de Murcia. En algunos documentos aparece que fue fundado por D. Pedro de Soto en 1476, previa petición a la reina Isabel I de Castilla, pero para otros investigadores y eruditos parece que es de la época de reconquista de Murcia, en 1243, por el futuro rey Alfonso X, que lo entregó al obispo y al Cabildo de la Catedral de Cartagena, que lo mantendría como propiedad fructífera a nivel monetario, hasta el último tercio del siglo XIX, cuando fue comprado por el industrial Antonio Miñano Bermejo, conocido por su bondad y filantropía como 'El Patriarca de La Puebla'. Católico ferviente y de gran corazón para los pobres y desvalidos, y que en 1884 acogió a la beata Piedad de la Cruz, y varias monjas carmelitas terciarias, que fundaron un colegio y hospitalico para los más desfavorecidos de La Puebla y Alcantarilla, y que existió más allá de 1889. 

En el archivo de la Catedral de Murcia hay libros, legajos y toda clase de documentos en relación con las ganancias, gastos, obras y arriendos del Molino de Abades, junto a varias tahúllas circundantes. Por estos documentos conocemos que Bolarín 'El viejo', el arquitecto de la Diócesis, reconstruyó y amplió las instalaciones molineras. Hacia 1880, Antonio Miñano mandó construir la alta chimenea (de estilo ecléctico francés), parte del paisaje pueblano, junto a la ermita neogótica de Nuestra Señora de La Providencia, derribada impunemente en 1979, a pesar de las protestas de nuestra Puebla, y eso que su fábrica era de piedra y no de atobas; además de la sala mayor con arcos de medio punto, destinada a albergar los silos de trigo y pimentón. La parte semidestruida alberga la maquinaria de finales del XIX de gran interés, pues fue realizada en Nuremberg (Alemania), y son los inicios palpables de la introducción de la revolución industrial en la vega murciana. Lo que queda con ser poco, es quizás la más antigua y original, y en la que el salto de agua y el molino descansa en arcos de medio punto diseñados por Bolarín, o quizás más antiguos, que dejan pasar la corriente de la vieja acequia mayor de Alquibla. Pido a nuestro alcalde, Miguel Ángel Cámara, su apoyo en la conservación del molino, como le expuse en la presentación de mi libro Memoria histórica de Puebla de Soto-Octubre de 2007-. 

Por medio de una escuela taller y dejar un retazo hidráulico-industrial de la historia de Murcia, en cuyo entorno nacen las acequias Santarén, Benialé, Benavía y Menjalaco, y riega una zona que va de Rincón de Seca a San Ginés y La Raya, pido que restauren y reparen pronto. Así, Puebla de Soto y el municipio de Murcia conservará un lugar entrañable, lleno de historias y leyendas, relatadas por López Almagro en su novela Colasín.


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