Artículo de Marina Costa para Las Provincias
El Ayuntamiento de Paterna acaba de elaborar un nuevo catálogo municipal que amplía el grado de protección de los últimos molinos que quedan en pie en el término. Este nuevo documento permitirá blindar este tipo de infraestructuras y cambiar el incierto destino del molino de Batán, un vasto edificio harinero del siglo XIX que durante años ha sufrido todo tipo de actos vandálicos y múltiples incendios.
El nuevo reglamento abre las puertas al ayuntamiento para poder reclamar «a los titulares del inmueble una intervención integral en el edificio y la reconstrucción total del mismo», según afirmaron ayer fuentes municipales.
El problema es el elevado deterioro en el que se encuentra la estructura. El ayuntamiento «abrió un expediente antes del grave incendio que sufrió el molino en el año 2008». El fuego provocó importantísimos daños en la estructura y alejaron aún más la posibilidad de recuperación del recinto. Las llamas devoraron hasta las máquinas originales, que quedaron convertidas en un amasijo de hierro y cenizas.
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Expropiación
El coste de una restauración se multiplicó y la sociedad encargada del molino «no pudo asumir las reparaciones. Actualmente, se encuentra en concurso de acreedores», recalcaron fuentes municipales.
La compleja situación del molino podría acabar, incluso, «con la expropiación forzosa del edificio, algo que el ayuntamiento podría acabar realizando pero a medio plazo».
El problema para todas las partes implicadas es el elevado gasto que requeriría el rescate del inmueble. La recuperación «podría superar ampliamente el millón y medio de euros». Hasta la fecha, la corporación ha impuesto a los titulares del molino «670.000 euros en multas».
El PSPV de Paterna denunció recientemente la situación de este «ejemplo del patrimonio histórico-cultural» y criticó el «absoluto desentendimiento del equipo de gobierno por la protección, conservación y mantenimiento de los bienes, tanto de titularidad pública como privada, que conforman la historia de nuestro pueblo».
Los socialistas lamentaron que no se haya intervenido en todo este tiempo. Durante los últimos años se han producido desprendimientos, han caído vigas y parte del tejado y el fuego ha ido deteriorando los últimos restos que quedan en pie. La continua presencia de vándalos y maleantes por la zona han acelerado la degradación del molino y su entorno.
Para los socialistas es «lamentable que el equipo de gobierno haya dado lugar a que el molino adquiera ese deplorable estado de ruina en el que se encuentra», fruto de haber dejar «aparcado» este asunto durante años.
«Si multar y expedientar a los propietarios no tiene efecto, no hay que quedarse de brazos cruzados mientras los incendios, los actos vandálicos y las condiciones climatológicas adversas acaban por destruir por completo esta histórica edificación».
Denuncias vecinales
No es la primera vez que el molino es objeto de demandas y críticas. Los vecinos del barrio de Campamento han pedido en varias ocasiones durante estos últimos años que se proceda al vallado del espacio del molino e, incluso, que se tapiaran las entradas y se limpiara de rastrojos la zona por una cuestión de seguridad y para evitar «que se produzcan más incendios que acaben de devastar el inmueble por completo».
Este periódico contactó ayer con los dueños del molino de Batán pero no pudo recabar su versión.