Artículo de Alberto G. Alonso para DEIA
LAS cinco estaciones del antiguo servicio ferroviario que sirvió en la metrópoli bilbaina y que aún siguen en pie tendrán diferentes grados de protección arquitectónica para evitar su derribo y que se mantengan como exponente de una época de expansión económica que tuvo Bilbao y sus alrededores en los siglos XIX y XX. Son viejos edificios, en peor o mejor grado de conservación, ubicados en Bilbao, Getxo, Plentzia y Derio, y que destacan por su peculiar diseño además de rememorar un transporte público predominante durante décadas en el territorio.
Antes de que se estrenara el actual metro de Bilbao, de que la sociedad pública Euskotren explotara la línea a Lezama, incluso de que la extinta Feve gestionara diversos itinerarios ferroviarios de vía estrecha, existió en la metrópoli bilbaina la compañía Ferrocarriles y Transportes Suburbanos (FTS) de Bilbao.
Era finales de los años 40 del siglo pasado y esta potente sociedad privada gestionó el servicio de trenes de cercanías por la margen derecha de la ría que llegaban hasta Plentzia, Mungia y la zona basauritarra de Azbarren. Una empresa ferroviaria que surgió de la fusión de pequeños itinerarios heredados de finales del siglo XIX y que llegó a gestionar un total de 35 estaciones y apeaderos, una gran mayoría de ellos con bellos edificios construidos para albergar a los pasajeros mientras esperaban al tren.
Imagen de la noticia. Parada de los Feretros |
De aquel rico patrimonio ferroviario unido al desarrollo industrial de Bizkaia, tan solo se mantienen en pie cinco de las 18 estaciones que prestaron servicio durante décadas. Cinco edificios que han sobrevivido a los cambios de compañías, supresión de trazados y la expansión urbanística de los municipios donde se asientan.
Son las estaciones de Calzadas de Mallona y Derio, que formaron parte de la línea que unía el Casco Viejo con Lezama y las de Deusto, Neguri y Plentzia, que sirvieron a los viajeros que utilizaron la línea entre la capital vizcaina y el municipio costero de Plentzia.
Edificios que se van a respetar y no se demolerán, según han informado fuentes del departamento de Educación, Política Lingüistica y Cultura del Gobierno en una pregunta parlamentaria realizadas por el grupo EH Bildu.
A SALVO DE LA PIQUETA La razón de su supervivencia es que van a ser protegidos a través de su inclusión en distintos sistemas y catálogos de protección cultural. Dos de los edificios referidos ya están a salvo de la piqueta. El más importante, la estación terminal de Calzadas de Mallona, se ha reconvertido en el Museo Arqueológico de Bizkaia por lo que mantiene su bloque original con fachada a la plaza de Unamuno y además reformado hace pocos años. De hecho, el edificio ya está incluido en el expediente de declaración del Camino de Santiago como bien cultural calificado.
La otra estación protegida es la getxotarra de Neguri. Su edificio, enmarcado ahora en el itinerario de la línea 1 del suburbano y dependiente de Metro Bilbao no está en uso para el servicio diario y permanece clausurado a viajeros y trabajadores. La pequeña construcción de ladrillo es bien cultural calificado del área singularizada de Getxo por lo que se mantendrá en pie.
Sobre el resto de edificios ferroviarios sin proteger aún, la estación de Deusto se ha propuesto que forme parte del Catálogo del Documento Urbanístico de Bilbao, “por tratarse de un bien cuya protección es de carácter local”, han indicado fuentes del departamento que dirige Cristina Uriarte. Su estado actual también es deplorable ya que desde que se eliminó el servicio ferroviario, hace más de tres años para construir la línea 3 del metro, las zarzas y las pintadas son sus únicos referentes.
En cuanto a las estaciones de Derio y Plentzia, ambas están propuestas para que formen parte de Inventario de Patrimonio Cultural Vasco dependiente del propio Ejecutivo de Gasteiz, algo que será efectivo con toda probabilidad a lo largo del año 2015.
Pero una cosa es que se mantengan en su ubicación y otra es el estado en que se encuentran. El mejor conservado es la primera estación del ferrocarril de Bilbao a Lezama, aunque el edificio ha perdido cualquier atisbo ferroviario. Su reconversión en el Museo Arqueológico de Bizkaia ha supuesto que solo se acuerden los más veteranos de este edificio como infraestructura ferroviaria. Los largos andenes que se asentaban sobre la ladera han pasado a ser zonas de exposición de la historia más remota del territorio y todo el espacio de la vieja terminal ferroviaria ahora está ocupado por un edificio de nuevo cuño con uso expositivo y de almacenaje. Al menos conserva la vieja fachada principal remozada que se asoma a la plaza de Unamuno y al Casco Viejo bilbaino y el último detalle ferroviario, el reloj que toda estación de tren siempre ha dispuesto para informar de la hora a los usuarios que esperan los trenes.
PLENTZIA, PRÓXIMA REFORMA Luego se encuentra la terminal del metro en Plentzia. La vieja estación costera se halla en buen estado por fuera pero tiene bastantes achaques. Un análisis del edificio realizado por el Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB) desveló el pasado mes de octubre la presencia de termitas y problemas en el tejado que van a ser resueltos.
En concreto, la entidad que gestiona la red del metro bilbaino espera que para inicios del próximo año y durante un plazo de dos meses se proceda al saneamiento de las columnas y vigas de la estructura de madera además de reponer la tarima del suelo. En el exterior, se acometerán labores de limpieza y pintado de la fachada, y se reparará así mismo la parte de la cubierta que se encuentra dañada.
El edificio, que no es utilizado por los actuales clientes del suburbano pero sí por los trabajadores del metro, tiene fecha de 1893 y desde entonces se conserva en su versión original. Tan solo hay un elemento desaparecido. Se perdió la tradicional marquesina con que contaba desde sus inicios y que fue desmontada cuanto se tuvo que construir la moderna parada de metro adosada al viejo edificio.