Trece años después de que la harinera den Beió de Manacor cerrara definitivamente sus puertas, su maquinaria, íntegramente en madera de sepí vell, intacta y única en las islas (tan sólo hay similitudes en cuanto a conservación con referentes de Castilla la Mancha), vuelve a lucir como si por ella no hubiera pasado el tiempo. Aina Serrano, coordinadora de la Unidad de Patrimonio Historicoindustrial del Consell, mostraba ayer orgullosa todo el trabajo llevado a cabo durante más de un año para que todo volviera a funcionar.
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El proyecto, llevado a cabo por personal especializado del taller de carpintería y herrería de la Unidad, ha sido posible gracias a la financiación tanto del Consell (49.197 euros), como del propio Ayuntamiento (9.287). La intervención ha comprendido labores de limpieza, tratamiento y enlucido de la madera, la rehabilitación de las piezas de hierro o la colocación de correas de transmisión. Otro aspecto destacado ha sido la puesta en funcionamiento y la reparación de los motores eléctricos correspondientes a los molinos de trigo y de cebada. Únicamente queda sin funcionar, aunque ha sido objeto de restauración, el carro pedrer, uno de los cernadors, la lavadora de trigo y el aspirador.
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Can Beió alcanzó su etapa de máxima actividad a partir de los años 40 del pasado siglo, época de procedencia de la mayor parte de la estructura. A mediados de los años 90 llegó el declive del sector.
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