Artículo de Paco Moreno para Las Provincias
El cañizo y el yeso han sido sustituidos por placas de ladrillo y cemento en la cubierta dañada de la antigua Ceramo, la propiedad municipal del barrio de Benicalap, recayente a la avenida Burjassot y donde la asociación vecinal pretende una escuela taller de cerámica. Las obras de limpieza y consolidación del inmueble, que el Consistorio inició de urgencia hace un mes, lo han salvado de la ruina pero todavía queda por decidir el uso, una tarea pendiente para el nuevo gobierno municipal.
El portavoz de la asociación vecinal de Benicalap, Pep Bellver, comentó ayer que «hace tiempo que pedimos a la concejalía de Patrimonio la apertura de una escuela taller de cerámica, aunque no hemos recibido respuesta».
Con el previsible cambio de gobierno municipal, confió en que «sigan las obras de reforma». El concejal de Disciplina Urbanística, Carlos Mundina, dijo a finales de abril que las obras afectarían al 20% de la propiedad, las zonas que se encuentran en peor estado de conservación, mientras que el resto quedaba pendiente de futuras intervenciones.
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Bellver añadió que «la antigua fábrica podría servir para exposiciones permanentes y temporales, incluso para actividades del Museo de Cerámica de Valencia». Como informó este periódico, el director de este museo, Jaume Coll, ha mostrado su interés por la recuperación del inmueble y una colaboración con el Consistorio para su gestión.
El Ayuntamiento expropió parte de la propiedad el pasado año por 2,3 millones de euros, después de años de reivindicaciones de asociaciones como Círculo por la Difusión y Defensa del Patrimonio Cultural.
Las obras consisten en el refuerzo del tejado, sobre todo en las zonas dañadas. Antes se han sacado varios contenedores repletos de matorrales, escombros y basura. Mundina subrayó en abril que todo este trabajo se hizo con supervisión arqueológico. La fábrica La Ceramo fue construida en 1885 por el ceramista Josep Ros Furió, con indudables influencias orientales.