Me ha parecido una bonita iniciativa y por ello he decidido colgarla en el blog para darle difusión y ayudar a que más gente consiga esta novela y a la vez done para conseguir la restauración de la locomotora Baldwin.
Autor: D. Pedro Navarro Paracuellos. Tras su jubilación en Renfe, este mecánico y restaurador, encargado de la restauración y mantenimiento de la Baldwin, ha dejado apartados los hierros y ha dedicado sus neuronas a redactar una interesante novela ambientada en la Segunda Guerra Mundial y con un amplio trasfondo ferroviario.
Donación por la novela: 20 euros, de los cuales 12 serán destinados a la restauración de la locomotora Baldwin.
RESUMEN NOVELA
Peter, hijo de ferroviario, es un adolescente de una ciudad al norte de Alemania que comienza su juventud, como millones de jóvenes en Europa, atrapado por el radicalismo de las ideologías e intereses imperantes que desembocan en la II Guerra Mundial. Su madre Juliane, con las recientemente promulgadas leyes de Núremberg respecto a la pureza de sangre, reivindica a través de sus historias su sangre española por parte de la abuela y de su tatarabuela, esposa de uno de los colonos alemanes llegados a España por la cesión de tierras que hiciera Carlos III para poblar zonas del sur español. Lukas, el hermano pequeño de Juliane y tío de Peter, es un militante comunista que participa en la guerra civil española con la brigada Tahelman. Todo esto, junto con la visita al pabellón español en la Exposición Universal de París de 1937 llenan de curiosidad respecto a España al joven Peter.
En el año 1935, Peter ingresa en la escuela de oficios de una factoría de ferrocarriles de la empresa Krupp, donde aumenta su pasión por los trenes. Hasta 1939 vive las vivencias que son propias de la juventud, cuando es llamado al ejército como cabo y destinado a la IV División Panzer, participando en las campañas de Polonia, Holanda y Francia. Posteriormente, y con el mismo rango, es destinado al Regimiento de Artillería Pesada E-672 por la participación de su escuela de oficios en la construcción de parte de la logística necesaria para el montaje del arma más grande jamás construida: el cañón con afuste ferroviario “80 cm Kanone”, al que acompaña desde el norte de Alemania al sitio de Sebastopol y después con parte de la logística al sitio de Leningrado. Es allí donde ve por primera vez a efectivos de la División 250, los españoles, de los que conocía su existencia en el sitio de Leningrado por la revista “Signal” del ejército alemán.
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