El Estado no hace caja en Linares
Autora Irene Téllez para Ideal
En plena crisis económica, y ante la necesidad de hacer caja para favorecer la situación económica de las arcas del país, el Gobierno de España iniciaba en 2012 un plan para la venta de propiedades e inmuebles del Estado. El Ministerio de Defensa y el administrador de infraestructuras ferroviarias (ADIF) ponían sus ojos en varias propiedades situadas en Linares, el polvorín de Vadollano y la antigua estación de Pozo Ancho, que sin embargo no han conseguido despertar el interés esperado.
A unos meses para que se dé por finalizado la «estrategias de movilización inmobiliaria» del Gobierno central, diseñada para los años 2013, 2014 y 2015, los espacios objeto de enajenación en el término municipal de Linares se mantienen dentro de las propiedades del Estado a día de hoy al no existir una oferta para su adquisición que, en el caso del acuartelamiento, ni siquiera ha llegado a salir a venta o subasta pública a lo largo de estos tres años.
En 2012, el Ministerio de Defensa, con el objetivo de obtener fondos y hacer frente a los recortes en su presupuesto, analizó las más de 1.200 infraestructuras repartidas por toda España con el objetivo de «racionalizar su utilización» y dictaminar aquellas que resultaban son fundamentales para la actividad y operatividad de las Fuerzas Armadas. De esta forma, y con el cierre del acuartelamiento de Vadollano decretado desde finales de 2011, las instalaciones linarenses pasaban a formar parte del lista de infraestructuras enajenables.
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Pese a que la venta del antiguo polvorín se preveía dentro de los primeros paquetes a subasta, su subasta no se encuentra entre las actuaciones anunciadas en la web de Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied). «No hay información al respecto, tampoco sobre la propuesta que el Ayuntamiento hizo sobre la recuperación de este espacio», reconocen desde el Consistorio linarense que, desde que se conociera la posible venta del acuartelamiento, se ha mostrado contrario.
Así, y a pocos meses de que finalice el plan de ventas de propiedades del Estado, el Consistorio confía que se pueda estudiar la reconversión del antiguo acuartelamiento como centro de entrenamiento dada la dificultad para su uso con otros fines pues se trata de una finca rural protegida, lo que hace inviable realizar cualquier tipo de edificación en la zona más allá de las instalaciones ya existentes.
Sin comprador
La puesta en venta de la antigua estación de Pozo Ancho, de la línea ferroviaria minera -Linarejos-Los Salidos, ha sido una de las ventas que más han preocupado al Ayuntamiento de Linares pues en este caso se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC) dada su estrecha relación con el desarrollo de la minería.
Pozo Ancho no ha sido el único inmueble ferroviario afectado por el plan de enajenación de ADIF -que también implicaba antiguas instalaciones edificadas a través de la línea de Baeza-Utiel y que no llegaron a funcionar- pero si una de las que más críticas despertaban en la ciudad pues la línea de Linarejos-Los Salidos, donde se sitúa la estación de Pozo Ancho, o seis pertenecientes a la antigua línea Linares-Puente Genil, construida a finales del siglo XIX para sacar el mineral de las zonas mineras jienenses hacia el puerto de Málaga, con algunos elementos en el entorno protegido de La Tortilla, forman parte del patrimonio histórico de la ciudad. Por ello, desde el Ayuntamiento se solicitó la paralización de su venta una medida que no ha obtenido respuesta, pero tampoco oferta de compra.
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