Hoy tengo el placer de compartir con vosotros este artículo que Sonia Garcés ha escrito como reflexión ante el futuro de La Gerencia del Puerto de Sagunto, ahora que es pública.
Desde aquí agradecer a la autora que me permita publicar el artículo en mi blog
La Gerencia, Puerto de Sagunto, Diana Sanchez 2011 |
Autora: Sonia Garcés Romero, historiadora del Arte. Junta directiva de APIVA.
El patrimonio es como un lazo que une una generación con la siguiente más allá de las vidas individuales, que alimenta su sensación de identidad y cohesión, que da sentido y orientación a la trayectoria histórica de una colectividad.
José Martín. Patrimonio industrial y memoria colectiva. El caso de Puerto de Sagunto. 2003.
Me enamoré del patrimonio industrial hace muchos años, a través de la asignatura “Arquitectura del hierro” cuando cursaba la licenciatura de Historia del Arte en la Universitat de València, pero sin saberlo ya me había fascinado desde niña: cuando iba al economato a comprar con mi madre, cuando paseaba por la Alameda y veía aquel antiguo colegio en ruinas o cuando miraba la silueta del horno alto en compañía de las dos naves industriales. Hoy sigo teniendo en la memoria las luchas contra el cierre de la fábrica, salir al balcón de la casa de mis padres con mi cacerola, pero sobretodo recuerdo la mirada de la derrota en los ojos de mi padre.
Tras más de veinte años del cierre de la antigua siderúrgica, la mirada de la derrota se ha desvanecido, arrastrando consigo miles de recuerdos que han desembocado en el abandono de la memoria colectiva de aquellos años y que a día de hoy sólo puede ser reversible a través de herramientas como la participación y la reactivación social en la recuperación y puesta en valor del patrimonio industrial de Puerto de Sagunto.
Maurice Halbwachs, filósofo y sociólogo francés, fue el primero que utilizó el término memoria colectiva para referenciar la memoria ligada a la pertenencia a grupos sociales, diferenciándola de la memoria individual de las personas. La memoria colectiva o social vincula el pasado con el presente a través de la transmisión de los recuerdos colectivos, interpretándose en el presente a través de nuevos discursos y significados. Atendiendo a esta afirmación, el patrimonio se presenta como un recurso esencial en la conformación de esa memoria, convirtiéndose en un puente entre pasado, presente y futuro que busca rescatar nuestra identidad colectiva. Pero… ¿cómo se aborda esa recuperación de identidad colectiva?
La reconversión industrial supuso un gran golpe para el tejido productivo del estado español: desempleo, externalización, la industria tal y como la habíamos conocido desapareció. Los espacios industriales cayeron en el olvido, algunos sufrieron la feroz especulación urbanística de los años noventa y la consiguiente gentrificación, mientras que otros tantos quedaron abandonados a su suerte. Al mismo tiempo surgieron movimientos sociales en defensa del Patrimonio Industrial, que centraban su discurso en repensar la ciudad a través de la memoria colectiva. Afloraron conceptos como revitalización, recuperación, participación, autogestión… que generaron nuevas narraciones patrimoniales desde la construcción de un espacio racional y con un sentido vecinal.
Tras el 15M, el término participación ciudadana ha sufrido un proceso de asimilación institucional incluyéndose en la agenda mediática, a veces, tergiversando su propia esencia. Participar es tomar parte en algo, involucrarse en la toma de decisiones y desarrollo integral, y no sólo al nivel de “qué queremos” sino también desde el cómo y por qué. Es esencial que se establezcan mecanismos de colaboración entre las diferentes estructuras de la sociedad civil, que se debata, que se proponga, que se imagine… Matadero en Madrid o Can Batlló en Barcelona son fruto de esa imaginación colectiva. Son proyectos ciudadanos de gestión del patrimonio industrial, que tras una toma de conciencia de la importancia de dicho patrimonio, han recuperado por y para la ciudad estos antiguos recintos industriales mediante actividades de índole cultural, ecológica y social. Alejándose de grandes proyectos o gravosas rehabilitaciones, la Plataforma Can Batlló ha reivindicado la figura de la custodia urbana como elemento clave de la recuperación y gestión de esta antigua fábrica textil del siglo XIX, como “marco en el cual establecer acuerdos voluntarios entre los propietarios de solares y de edificios sin uso con entidades sin fines lucrativos que les permitiría llevar a cabo sus actividades a cambio de asegurar algún retorno no monetario al propietario (el mantenimiento del edificio, p.e.) y, a su vez, un retorno a la comunidad.” (https://custodiaurbana.wordpress.com). Este concepto de custodia se está utilizando con éxito en muchos de los procesos de reapropiación y participación que actualmente se están gestando en antiguos recintos fabriles (Fábrica de Gas de Oviedo, Harinera de Zaragoza, Campaneta de Onda) que podría ser un buen punto de partida para convertir a la Gerencia de Puerto de Sagunto en un dinamizador del territorio y la economía local; en un agente de recuperación del tejido social y en un eje vertebrador de nuestra memoria.
Todas y todos deberíamos reflexionar que supone en nuestra vida ese patrimonio, cuán de ligadas estamos a él y cómo queremos participar en su recuperación y gestión. Los poderes públicos tienen mucha responsabilidad en este tema, pero la vecindad es clave para reparar la herida que nos produjo la reconversión y reconciliarnos con nuestra identidad colectiva a través del patrimonio industrial.
Fotografías de la Gerencia, Puerto de Sagunto, Diana Sánchez 2011 |