Artículo de Marina Costa para Las Provincias
La Villa de Paterna ya era tierra de molinos en la Edad Media, pero la mayoría se levantó en el siglo XIX. Todos fueron cambiando de uso según el momento histórico. Fueron harineros, fundamentalmente, pero también arroceros, textiles y hasta papeleros.
A mediados del XIX, Paterna poseía el nivel de producción de harinas más importante de toda la provincia de Valencia. Su hegemonía llegó casi hasta la mitad del siglo XX. La rica industria molinera de Paterna se nutría básicamente de la Acequia de Moncada, uno de los mayores sistemas hidráulicos de toda la Comunitat.
Pero el tiempo y el abandono se aliaron para ir devorando buena parte de esa memoria histórica. Su avance se aceleró en las últimas décadas, cuando la mayoría de los molinos quedaron huérfanos de actividad.
De la treintena de molinos que formaron parte de la manufactura harinera de Paterna, sólo ocho han quedado en pie para contar su historia. Algunos son sólo la sombra de lo que fueron, otros se reconvirtieron para albergar grandes eventos, por ejemplo, gracias a la inversión privada. De momento, dos están esperando una nueva oportunidad.
Negociación
Paterna está decidida a recuperar parte de este legado y para ello se ha sumergido en dos proyectos de rescate. El ayuntamiento acaba de retomar las negociaciones con los propietarios del Molino de Batán para que presenten un proyecto de rehabilitación que aleje el inmueble de la ruina a la que se asoma peligrosamente desde hace años.
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El incendio que destruyó gran parte del edificio en 2008 complicó las cosas. Una parte de su estructura se vio severamente dañada. Desde entonces, el vandalismo y el expolio han deteriorado más si cabe el conjunto arquitectónico.
El ayuntamiento ha preparado un proyecto de urgencia para intervenir en el recinto, de manera subsidiaria, mientras trata de llegar a un acuerdo con los propietarios para iniciar un proyecto de consolidación y recuperación.
Un muro de hormigón, de dos metros de altura, rodeará todo el conjunto protegido, como medida de seguridad y para evitar el robo de tejas y piedras del monumento, que ya ha sufrido en los últimos años varios derrumbes y otros tantos conatos de incendio. El cierre de hormigón ayudará a salvaguardar el molino, Bien de Relevancia Local en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos, mientras se determina su futuro inmediato.
Un estudio técnico elaborado por la corporación alertó de que debe procederse cuanto antes a la «estabilización de los muros y desmontarse todos aquellos elementos que presenten riesgo de caída». En el año 2012 se inició el expediente para la declaración de ruina del inmueble, pero el nuevo gobierno de Paterna considera «necesario intervenir sobre la construcción» y rescatar el edificio para que no desaparezca.
El otro proyecto que Paterna tiene entre manos es el relativo al Molino del Testar, de propiedad municipal y cuya rehabilitación culminó en la pasada legislatura tras una inversión de medio millón de euros.
Ahora, el nuevo ejecutivo dirigido por Juan Antonio Sagredo trabaja para incluir ya en los próximos presupuestos una partida presupuestaria para habilitar el uso museístico de todo el conjunto.
En la comarca de l'Horta Nord, Paterna ha sido históricamente la población con mayor número de molinos documentados y registrados. Según estudios elaborados por la Associació Valenciana d'Amics dels Molins (AVAM), la localidad de El Puig le siguió a la zaga, con cuatro edificaciones de este tipo, que también se podían ver en Massamagrell, Puçol, Foios, Museros, Vinalesa, Moncada, Godella o La Pobla de Farnals, por poner algunos ejemplos.
Fuente de la noticia Las Provincias
Paterna rodeará el histórico Molino de Batán con un muro de seguridad para atajar el expolio
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