La Consejería de Educación y Cultura ha constituido la Comisión de Patrimonio Histórico Industrial de Asturias en una reunión presidida por la directora general de Patrimonio, Otilia Requejo, en la que han participado representantes de distintos ámbitos profesionales relacionados con la gestión junto al estudio del patrimonio industrial y técnicos de la propia consejería. La comisión patrimonial, la primera específica que se constituye esta legislatura, actuará como órgano asesor de la Viceconsejería de Cultura en los temas relacionados con esta variante del patrimonio asturiano, según se explica en una nota de prensa.
En la primera reunión se ha abordado la situación de la protección jurídica del patrimonio industrial. Actualmente, existen cuatro Bienes de Interés Cultural (BIC) industriales en Asturias: los pozos San Luis (Langreo), Santa Bárbara (Mieres) y Sotón (San Martín del Rey Aurelio), y el castillete de la mina de Arnao (Castrillón). De igual modo, en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias, que es el segundo nivel de protección patrimonial, se han incluido más de un centenar de bienes de protección (fundamentalmente pozos mineros y caleros). Y, por último, en los distintos catálogos urbanísticos municipales se han incluido varios centenares de elementos más, que cuentan con una protección local con distintos grados de intensidad.
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Los expertos de la comisión han acordado comenzar a trabajar el próximo mes de enero en la realización de inventarios temáticos que permitan ir completando la nómina de elementos declarados BIC o incluidos en el inventario. También se abordará una revisión de la situación de esta variante patrimonial en los catálogos urbanísticos municipales para matizar o modificar alguna protección concreta que se estime insuficiente o inexistente.
La comisión se ha marcado como objetivo que, a lo largo del próximo año, pueda completarse la labor de identificación y registro de los elementos del patrimonio industrial susceptibles de contar con protección jurídica en ámbitos como los derivados de la extracción y explotación de los recursos naturales, de la metalurgia y siderurgia, de la transformación de productos agrícolas, la producción de energía, la industria química, de armamento, naviera, conservera o de la construcción, sin olvidar el patrimonio documental y el inmaterial.
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