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Noticias sobre La Fábrica de Artillería de Sevilla

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La Fábrica de Artillería de Sevilla desvela su corazón secreto
Autora Eva Díaz Pérez para El Mundo

Aquí sigue oliendo a bronce fundido y a guerras lejanas. Bajo las bóvedas de la Real Fábrica de Artillería aún suenan los cañones que viajaban en los barcos de la Armada, las armas feroces que conquistaban los ultramares del imperio.

La Fábrica de Artillería es un agujero en el tiempo, una escena del pasado que se ha salvado milagrosamente de la ruina y que, a pesar de que aún está en el aire cuál será el proyecto final, resiste como una asombrosa escena de la Historia de Sevilla.

Pocos conocen la espectacular catedral donde se fundían los cañones y se realizaba el complejo proceso de barrenarlos o abrirles el ánima que evoca una metáfora poética pero que esconde el horror de un arma mortífera que aniquilaba ejércitos.

Ahora se podrán conocer los secretos de esta joya del patrimonio industrial cuya actividad terminó en 1991. Así, al mismo tiempo que se realiza la rehabilitación del edificio, el Ayuntamiento ha iniciado un proyecto de difusión que permitirá la visita los martes y sábados y durante cuatro meses. Sin embargo, la apertura estará limitada a colectivos culturales y asociaciones vecinales que cursen su petición a través de la Delegación de Cultura y la Gerencia Municipal de Urbanismo.
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El delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, explicó que esta iniciativa «participativa» pretende «evitar improvisaciones» y que la intervención que se haga cause al final «sorpresa en algunos colectivos», añadió sugiriendo que así se impedirá que en Artillería suceda el 'efecto Atarazanas' con un polémico debate sobre el proyecto de restauración.

Muñoz anunció además que las obras de rehabilitación concluirán en septiembre. A partir de ese momento se realizarán «actividades con carácter efímero» como espectáculos de danza, teatro, circo, conciertos o presentaciones que se harán mientras se siguen realizando las obras. Queda el vacío y la incertidumbre acerca del futuro plan director, pero Muñoz aseguró que los usos de los más de 22.000 metros cuadrados «tendrán usos culturales, pero no serán exclusivos ya que aquí hay espacio para mucho más».

Parece que el destino de la monumental Fábrica de Artillería es ir conociéndose por partes, a trozos y fragmentos, pero al menos su rescate está asegurado. Algo que no estaba tan claro cuando los técnicos de la Gerencia de Urbanismo realizaron las primeras visitas de inspección. En 2011 las cubiertas de la fábrica -semejantes a las de una catedral con bosque de arbotantes incluido- eran un jardín de jaramagos y un casi lago por las lluvias acumuladas. Y tampoco hay que olvidar la plaga de termitas que afectó a varias zonas.

«El estado era alarmante por culpa de las filtraciones. La estructura era muy firme, pero el sistema de evacuación de aguas se taponaba y provocaba peligrosas filtraciones. La entrada de agua es la gangrena de todo edificio», explica Cristina Sánchez, arquitecta técnica del proyecto de conservación.

Ahora se han consolidado las naves, linternas y cupulillas por las que entraba la luz para los oficios de fundición, ese paisaje espectacular ideado por el ingeniero Jean Maritz, responsable de las fundiciones de París, en el siglo XVIII.

Las chimeneas fabriles ya no vomitan humo y sobre ellas anidan cigüeñas funambulistas. En los arbotantes que sirven para repartir el peso en los edificios de altura hay dibujos de musgos, líquenes, grietas y otras heridas del tiempo.

«El espíritu de esta conservación ha sido respetar todo lo original del siglo XVIII y XIX y eliminar sólo lo dañino», aclara el arqueólogo Álvaro Fernández, también responsable de este proyecto de difusión que permitirá que 1.300 personas visiten el corazón de la fundición.

Este cuidado por no alterar el pasado es lo que hace más especial la visita. No hay que fabular demasiado porque la atmósfera sigue intacta. Así ocurre al entrar en la 'catedral' donde se fundían los cañones de bronce. Aún hay hollín en las paredes y las bóvedas y queda suspendido en el aire un olor a bronce caliente y a animales, los bueyes que movían el mecanismo de los ingenios.

Lo sorprendente es que hay varias capas de historia, porque debajo de estas naves donde se encontraban los hornos está la primitiva fundición de campanas y cañones creada en 1565 por Juan Morel. La saga Morel continuaría con Bartolomé, el fundidor del Giraldillo y de varias campanas de la Giralda. Porque de este vientre de fuego y bronce saldrán los paisajes de guerra que formarán el gran imperio español conquistando nuevos mundos, pero también las máquinas de matar con las que se desangró España.

La gran cúpula de la Fábrica de Artillería está rematada por la veleta del Miguelete, el soldado con bayoneta que simboliza el edificio. Un elemento que se está restaurando, pero que se encuentra muy deteriorado por lo que es probable que se coloque una copia. La fábrica también ha sido forjadora de otros símbolos pues aquí se fundió el Cañón Tigre que arrancó el brazo del almirante inglés Nelson ylos leones del Congreso de los Diputados.

«Esta Fábrica de Artillería de Sevilla estaba especializada en los cañones de bronce de la Armada, los que iban en los barcos porque eran menos pesados que los de hierro y porque soportaban mejor el salitre del Caribe», asegura Álvaro Fernández.

La otra gran fábrica del Estado era la de Barcelona cuyo símbolo eran unos tritones. En la decoración de un cañón salido de estos hornos se comprueba cuál era la marca de Sevilla: unos delfines de los que a veces subían por el Guadalquivir, esos bufeos que cantaban los poetas en sus versos.

Fuente de la noticia http://www.elmundo.es

Artillería: Abierto por obras
Autor artículo Diego J. Geniz para Diario de Sevilla
Contemplar Sevilla desde un bosque de pequeñas cúpulas. Sentirse empequeñecido por la altura de unas bóvedas que aún conservan el humo del pasado. Recordar el esplendor de un referente industrial. La Real Fábrica de Artillería -que dejó de funcionar en 1991- es una gran desconocida para muchos sevillanos. Situada a pie del puente de San Bernado, la mayoría de los sevillanos la identifican por su majestuosa fachada y su famosa veleta -El Miguelete- que lleva tiempo sin coronar este inmenso edificio. Sin embargo, muy pocos conocen las entrañas de este Bien de Interés Cultural (BIC) denominado -y con razón- la catedral civil de Sevilla. Por tal motivo, el gobierno de Espadas quiere aprovechar las obras de conservación que se acometen desde septiembre para divulgar la riqueza arquitectónica que posee. 

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Para ello, la Delegación de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo que dirige Antonio Muñoz ha diseñado un plan de difusión que tendrá una primera fase de visitas para entidades vecinales del barrio de San Bernardo y colectivos culturales. Dichas visitas comenzarán este sábado y se llevarán a cabo dos días a la semana (martes y sábados). Serán por invitación del referido departamento municipal. Se prevé que 1.300 personas recorran las tres naves y las cubiertas que se encuentran en restauración. Se trata de recorridos guiados por los propios técnicos que acometen las obras, adjudicadas por la Gerencia de Urbanismo a la empresa Ferrovial Agromán por un importe de 1.116.477 euros. Al margen de los grupos invitados, las entidades interesadas en visitar Artillería deben enviar una solicitud a la Gerencia o al Distrito Nervión. Este modelo que combina las visitas a un edificio histórico con las obras toma como referente el templo del Salvador, que quedó abierto al público durante la restauración. 

Con la intención de difundir este patrimonio industrial, Urbanismo y Ferrovial han activado una página web en la que los interesados podrán realizar un recorrido virtual por las inmensas dependencias que conforman la que fuera la fábrica más importante de España. Las visitas abiertas al público en general -por motivos de seguridad- se organizarán a partir del verano, cuando se prevé que concluyan los trabajos.

Mientras se gestionan las visitas, el gobierno local habrá de redactar un plan de uso que defina con precisión la utilización de los espacios rehabilitados, especialmente la conocida como "catedral". Muñoz incide en que los usos culturales predominarán en Artillería, aunque sin descartar que se habiliten espacios para prestar servicios al barrio. El delegado de Hábitat Urbano detalló que el próximo noviembre acogerá con total seguridad algún espectáculo del Mes de Danza. Entre otros actos citó el teatro, circo, conciertos, presentaciones o pasarelas de moda, como las que se han organizado en el antiguo monasterio de San Jerónimo, que combina ambos usos. 

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El concejal socialista quiere evitar con dicho plan "la improvisación a la hora de ocupar el espacio". "No se trata de ir cediendo el edificio al mejor postor", refirió Muñoz, quien explicó que las obras que se acometen afectan a 6.500 metros cuadrados de los 240.000 que componen la fábrica. Para continuar con la conservación ya hay consignada una partida de 250.000 euros en el Presupuesto de este año.

Esta noticia cuenta con una galería de fotografías de obra

Fuente de la noticia http://www.diariodesevilla.es/

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