Artículo de Emilio Zunzunegi para DEIA
Para muchos vecinos entrados en años del barrio abantoarra de Las Carreras e incluso de Muskiz, el Pozo Gerente es algo más que el lago surgido de la antigua explotación minera al aire libre. Es un paraje mítico con sauces, abedules, matorrales, argomas... donde los niños de aquella época pasada iban de “aventura”, a nadar o simplemente a pasar el día con sus familias. Apuntes de una historia que ahora el Ayuntamiento quiere sacar del abandono para que vuelva a ser un paraje apreciado por propios y extraños. “El Pozo Gerente era un lugar de encuentro para muchas familias de Las Carreras. Los niños y niñas hace unos años se bañaban, pescaban y disfrutaban de su tranquilidad y naturaleza. Es curioso, pero nos contaron que antiguamente, cuando Zierbena también pertenecía al municipio, se echaban al pozo algunas traineras para que aprendiesen a bogar allí”, señaló la alcaldesa de Abanto-Zierbena, Maite Etxebarria, en base a las historias que varias decenas de vecinos del municipio transmitieron al Ayuntamiento en una jornada de participación ciudadana celebrada el pasado martes en el centro social de Las Carreras. Unas historias que han apuntalado la decisión municipal de llevar a cabo un proceso de protección y aprovechamiento ciudadano de este excepcional paraje natural que, además de contar con una rica flora y fauna, conserva restos importantes de la actividad minera que se desarrolló en el entorno de este pozo minero de gran tamaño -cerca de 900 metros de largo- y de gran profundidad que se alimenta del río Cotorrio.
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Con las aportaciones vecinales y los trabajos encargados a un geólogo y un biólogo botánico, el Ayuntamiento minero espera contar en un mes aproximadamente con el diagnóstico inicial del lugar que permita desarrollar un plan de acción del paisaje para el Pozo Gerente y el coto minero Lorenza.
“Conscientes del valor que este entorno ha tenido, tiene y puede tener para nuestro municipio, estamos analizando sus potencialidades para posteriormente, identificar posibles medidas de mejora que incidan en la seguridad, valor patrimonial y oportunidades económicas, sociales y culturales de la zona a futuro”, avanzó la primer edil. Los vecinos por su parte sueñan con recuperar aquel espacio de infancia surgido de la naturaleza y de la actividad minera.
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