Artículo de Marta Gómez para la Voz de Galicia
Cada vez se valora más el patrimonio arqueológico y se promueven campos de trabajo y actuaciones para su conservación y su divulgación. Sin embargo, Barbanza atesora otros elementos dignos de tener en consideración y que dan cuenta de un pasado no tan lejano en el que la zona tuvo un importante peso económico. Se trata del patrimonio industrial, que se hace añicos sin que se ponga remedio al creciente deterioro de unas instalaciones que, en muchos casos, llevan décadas abandonadas. El gran problema es que, la mayoría, son propiedades privadas.
Algunas naves no hace tanto que tenían actividad, aunque diferente de la original, como la antigua conservera La Noyesa. Es una de las construcciones que se incluyeron en el catálogo del plan urbanístico que se aprobó provisionalmente hace unos días con el objetivo de conservarlas, sin embargo, en su caso, esta protección llegará demasiado tarde ya que una parte de la edificación se ha derrumbado por completo.
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En cuanto a inmuebles que llevan décadas de abandono, llaman la atención las numerosas fábricas de papel dispersas por el municipio de Lousame. Entre ellas figura la de O Castro o Fontán, fundada a principios del siglo XIX y que dejó de funcionar alrededor de 1920. Contaba un vecino al preguntarle por la historia del inmueble que fue la primera factoría de España en la que se elaboró papel timbrado. El dato no está confirmado, pero en cualquier caso se trata de una construcción importante que aparece en el catálogo de la Xunta, al igual que otros inmuebles, como la fábrica de Goday, una conservera de Muros que, aunque se conserva razonablemente bien, también está abandonada. Lo mismo ocurre con la de Tal.
Una treintena
En la comarca son una treintena las construcciones recogidas en algún tipo de catálogo como parte del patrimonio industrial, ya sea en los listados oficiales de Xunta y concellos como en los que elaboran entidades que se dedican a la identificación y localización de elementos de interés para favorecer su conservación. La mayor parte de los que se preservan se sitúan en Muros-Noia, mientras que en Arousa norte, además de la fábrica boirense de Curbera, destacan una salazonera y una industria de cerámica en Sálvora y un molino de viento en la zona de A Cidade.
Fuente de artículo http://www.lavozdegalicia.es/