Artículo de La Vanguardia
El Ayuntamiento de Torrelavit quiere sacar el máximo provecho al paso del río Bitlles por el municipio. Si durante el siglo XVIII, el recorrido del agua desencadenó la puesta en marcha de hasta doce molinos papeleros que significaron un importante impulso para la industria, ahora el pueblo quiere que el río vuelva a ser un generador de economía. Pero en este caso, a través del turismo. Por eso está terminando la apertura del Centre d’Interpretació de l’Aigua, prevista oficialmente para otoño pero con la intención que los vecinos del municipio ya puedan conocer el espacio durante este verano. El alcalde, Ramon Riera, defiende que hace falta “reconocer y revalorar” el papel del agua en el municipio, tanto para preservar la historia entre los vecinos como para atraer visitantes que compren y consuman en los establecimientos y restaurantes de la villa.
Aunque el Bitlles es un río aparentemente con poco cabal, el alcalde de Torrelavit, Ramon Riera, asegura que “es de los ríos más bien aprovechados de Catalunya”, por su constancia y por el rendimiento que se le ha sacado a lo largo de la historia. Riera recuerda que el paso del río generó el asentamiento de los primeros vecinos, la implantación de las huertas y, posteriormente, la llegada de la industria papelera.
Por este motivo, el alcalde defiende la importancia de recoger todo este legado en el Centre d’Interpretació de l’Aigua, que abrirá justo al lado del Ayuntamiento y reunirá información tanto de los elementos naturales como de la importancia que el agua ha tenido en la vida humana e industrial. “Queremos que se le tenga más respeto al río, continuar la convivencia que el pueblo ha tenido a lo largo de los años y que siga siendo un motor económico para nosotros”, señala.
Riera afirma que este espacio es el proyecto turístico “más ambicioso” que nunca se ha impulsa en Torrelavit, no tanto por el espacio en si –donde se han invertido 300.000 euros–, sino por la idea en conjunto, ya que quieren integrarlo en varias ofertas de la comarca. Así, confía que la atracción de visitantes impulsará las visitas en otros puntos de interés como las cavas y bodegas, el Vinseum de Vilafranca del Penedès o el Centre d’Interpretació del Cava de Sant Sadurní.
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Promoción turística
A su vez, la previsión es que las visitas en el Centre vayan acompañadas de una pequeña ruta del núcleo urbano, incluyendo la iglesia románica de Sant Marçal y el entorno natural del propio río Bitlles. Todo ello, destaca el alcalde, se espera que sea un empuje para la facturación en los comercios y restaurantes del pueblo y que anime a otros empresarios a abrir nuevos establecimientos.
“El río refuerza la oferta enoturística”, subraya Ramon Riera, haciendo un llamamiento a complementar los recursos entre los 27 municipios del Alt Penedès. “Sumando seremos más fuertes y podremos crear más actividad económica y ocupación”, añade. Destaca así la importancia de aprovechar los visitantes que recibe Barcelona y las oportunidades de haber dejado atrás el concepto de “turismo de sol y playa”. Para el alcalde, el impulso del turismo gastronómico o industrial ha servido para “redescubrir lo que ya tenemos” y considera que esto ha sido beneficioso para el propio territorio, que ahora está “ordenado”, y que a la vez ahora se puede “promocionar”.
El Centre d’Interpretació de l’Aigua se encuentra actualmente en la fase final de obras y se pondrá en marcha a pleno rendimiento durante el otoño, mientras que este verano ya se harán visitas concertadas. En paralelo, el municipio estudia como aprovechar los 50.000 metros de techo industrial que dejaron en Torrelavit los doce antiguos molinos papeleros, de los cuales solo queda uno en funcionamiento.
Por eso, hace dos años aprobó un Pla Especial urbanístico de protección de los molinos papeleros, con el cual quiere impulsar nueva actividad económica y restaurar los elementos más icónicos e históricos. El alcalde augura que a largo plazo se podrán incorporar estas instalaciones a las visitas en ruta del Centre d’Interpretació.
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