El robo de piezas en siete molinos de agua situados en la aldea de Moares, en la parroquia de Ermedelo del municipio de Rois, rompió la tranquilidad habitual de este pequeño núcleo rural. Los vecinos tenían claro que «hoxendía rouban de todo», pero lo que menos pensaron es que los amigos de lo ajeno dieran con el conjunto de molinos de agua que hay en esta aldea.
Así, días atrás descubrieron que en siete de ellos faltaba la capa, la piedra que gira para moler el maíz y, en algún caso, muchas otras hasta quedar únicamente la base del molino.«Agora esas pedras valen moito e viñeron a por elas», cuenta una de las vecinas afectadas. Los molinos conforman una bonita ruta en torno a un regato, pese a que todo está un poco abandonado. De hecho, de los siete molinos afectados, el último que dejó de trabajar lo hizo ya hace ocho años, aproximadamente. Pese a ello, los propietarios están indignados con lo sucedido.
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«Aquí non veu unha persoa soa porque as pedras pesan, tiveron que vir dous ou tres», cuenta una de las afectadas, la del molino de Luis, en el que le dejaron únicamente la base de piedra y nada más. «Fixeron moito mal», añade.
«Sabían ben o camiño e sabían ao que viñan», explica otra mujer de la aldea, en alusión a que alguno de los molinos no está muy accesible y, aún así, dieron con el. «Non eran de moi lonxe», coinciden los afectados.
Denuncia
Ya presentaron denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Padrón, pese a que son conscientes de que no recuperarán las piedras robadas. «Hai que ser mala xente. No noso muíño deixaron unha pedra porque non a pudieron levar», opinan. Una de las propietarias tenía pensado adecentar el molino, el de Sabugueiro, como por ejemplo arreglar el tejado para «non deixalo caer», pero ahora ya no sabe qué hacer, a la vista de como quedó.
Los ladrones incluso se tomaron la molestia de limpiar, creen los afectados que con una hoz, los accesos a los molinos e incluso «pasaron o traballo» de sacar a mano algunas de la piedras ya que el vehículo no llega junto a todas las construcciones.
De hecho, si descubrieron el hurto fue porque el entorno de uno de los molinos apareció limpio y una vecina se lo dijo a la propietaria del mismo, que no había ido allí a nada. Fueron siete los molinos afectados por los robos y dos los que quedaron sin tocar, uno de ellos pegado a la pista de acceso a la aldea de Rois.
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En el núcleo de Moares la presencia de tanto molino habla de la importancia que tuvo este lugar antiguamente, cuando «viña moer aquí xente de moitos lados, de fóra da parroquia e mesmo do concello». La mayor parte de los molinos eran de un único propietario pero, con el tiempo, otros fueron adquiriendo una parte en la construcción a base de arreglar alguna de sus piezas.
«No noso muíño roubaron todo, deixaron unha pedra porque non pudieron levala»