Artículo de Sergio Llamas para El Correo
El Ayuntamiento de Muskiz le dará una tercera vida al edificio municipal del Barbadún para que vuelva a abrir como restaurante y, de paso, incentivar la economía local. El inmueble, de principios de siglo XX y estilo mudéjar, fue diseñado inicialmente para albergar un matadero. A mediados de los 90 el Consistorio minero decidió cambiar su uso y gracias a un plan de empleo lo transformó en un asador que permaneció abierto hasta hace cosa de tres años, cuando los concesionarios del local decidieron echar el cierre, entre otros motivos, por el elevado precio del alquiler. El Consistorio invertirá ahora 42.000 euros para modernizar las instalaciones y permitir su reapertura en los primeros meses de 2017.
Las obras arrancarán en las próximas semanas y servirán para impermeabilizar la fachada, adecuar los baños, mejorar la fontanería y la electricidad, así como garantizar su accesibilidad mediante una rampa. También se ha inventariado el equipamiento existente en el interior, como los congeladores, a fin de conocer cuáles permanecen operativos y cuáles deben renovarse. El alcalde, Borja Liaño, anunció ayer que los trabajos de rehabilitación podrán estar terminados antes de que finalice el año. «Entre tanto redactaremos el nuevo pliego de condiciones para poder usarlo como local de hostelería y adjudicar su concesión en el primer trimestre del 2017», adelantó.
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Las futura concesión del restaurante seguirá unos criterios similares a los que ya rigen la escuela de hostelería del polígono Santelices, también en un local municipal. El Ayuntamiento de Muskiz tiene otros edificios de su propiedad destinados a usos comerciales, como el Meatzari. «Lo que nos interesa es que ese local esté abierto y funcionando, porque eso significa puestos de trabajo», remarcó el regidor.
La reforma respetará la esencia del edificio, de hormigón armado y con forma de ‘T’. La construcción del antiguo matadero arrancó en 1907. Su diseño fue obra de Manuel María de Smith Ibarra, uno de los arquitectos más importantes de la época, autor de obras como la estación de Atxuri, el Hotel Carlton, los palacios de Artaza y Lezama-Leguizamón o la plaza Gernika.
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