La protección para el patrimonio minero de Cáceres, una asignatura pendiente.
Artículo de Justo Pérez para Cadena Ser
Han comenzado con rutas senderistas, pero no descartan nuevas acciones. La Asociación Natura 2000 ha revivido en los últimas días los recorridos que muchos mineros realizaban en el tránsito del siglo XIX al siglo XX en la zona minera de Cáceres, vinculada a la extracción de la fosforita. Su objetivo es reivindicar el interés ciudadano por la protección de las minas, en estado de ruina y usadas en muchos casos como vertederos. Según esta organización, es visible el estado actual siguiendo una ruta que lleva por los restos de antiguas minas tan emblemáticas como 'La Abundancia', 'La Esmeralda', 'San Salvador', o la 'María Estuardo'. Desde Natura 2000 se ha brindado la oportunidad de conocer los inicios de la aventura minera de la ciudad, cuando el comisario de Policía Francisco Lorenzo y Diego Bibiano González encontraron, en 1864, una piedra blanca en la falda occidental del cerro de Cabeza Rubia, que resultó ser fosfato de cal con una riqueza del 62%.
Tras los actos con motivo del centenario de la muerte de Segismundo Moret en 2013, también siguen recordando la figura del político liberal Segismundo Moret, presidente del gobierno central, que impulsó la explotación minera y dio su nombre al asentamiento de obreros de las minas. Hoy la zona es una barriada cacereña y que vio antes que el resto de la ciudad la llegada del tren. Y es que el propio Segismundo Moret impulsó la construcción en 1880 del ferrocarril que enlazaba Cáceres con Lisboa.
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Expolio y vandalismo
En el recorrido de Natura 2000 han visitardo los restos de las minas de La Esmeralda y San Salvador, "que se han convertido en auténticos vertederos", denuncian, "sufriendo el expolio, el gamberrismo con pintadas en sus muros, y la más absoluta dejación en su conservación". Los voluntarios de Natura 2000 han mostrado a los participantes de la ruta el estado de abandono de las ruinas mineras, la falta de cerramientos que impidan el acceso a la zona o carteles que indiquen la prohibición de tirar escombros, siendo en muchos casos peligroso para todo aquel que las visite.
Por todo ello, desde la asociación piden a las administraciones mayor sensibilidad con un patrimonio declarado Bien de Interés Cultural y que fomenten su conservación y el organizar rutas culturales con centros de enseñanza de la ciudad para no dejar en el olvido el pasado minero, que durante cien años fue el motor de desarrollo de Cáceres y su entorno.
Fuente de la noticia http://cadenaser.com/
200 senderistas piden protección para las Minas de Cáceres.
Revivieron el pasado 6 de noviembre, la historia del Cáceres minero a través de una ruta organizada por la Asociación Natura 2000 que les llevó por los restos de minas tan emblemáticas como La Abundancia, La Esmeralda, San Salvador, o María Estuardo, reivindicando el interés ciudadano por la protección de las minas, en estado de ruina y usadas en muchos casos como vertederos.
La ruta partió desde la asociación de vecinos Ruta de la Plata hasta la mina de La Abundancia, donde se encuentra el centro de interpretación de la minería cacereña, que desarrolla un mensaje ordenado en tres bloques temáticos: la Minería como elemento de transformación, la repercusión histórica de la minería en Extremadura, y el complejo minero de Aldea Moret.
A través de las explicaciones de los voluntarios de Natura 2000 y de los paneles informativos, los participantes tuvieron la oportunidad de conocer los inicios de la aventura minera de la ciudad, cuando el Comisario de Policía Francisco Lorenzo y Diego Bibiano González encontraron, allá por 1864, una piedra blanca en la falda occidental del cerro de Cabeza Rubia, que resultó ser fosfato de cal con una riqueza del 62%.
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Después, los senderistas se adentraron en el corazón de la vieja mina, para descubrir que el origen de la explotación de los yacimientos de fosfatos se realizó por parte de la sociedad minera denominada "La Fraternidad" en 1866 con una técnica de explotación artesanal, a cielo abierto y con un derroche de esfuerzo físico importante.
Del mismo modo, conocieron la figura del político liberal Segismundo Moret que impulsó la explotación minera y dio su nombre al asentamiento de obreros de las minas que hoy es una barriada cacereña, Aldea Moret, y que impulso la construcción en 1880 del ferrocarril que enlazaba Cáceres con Lisboa, lugar y puerto de embarque de los fosfatos hacia toda Europa, dando prosperidad a la ciudad durante más de ochenta años. Un acontecimiento tan importante que tuvieron como notarios a los reyes Alfonso XII de España y Don Luis I de Portugal.
Desde La Abundancia, la ruta llevó a los participantes hasta la urbanización Ceres Golf, permitiéndoles descubrir los asentamientos mineros desde su zona sur, para visitar luego los restos de las minas de La Esmeralda y San Salvador, que se han convertido en auténticos vertederos, sufriendo el expolio, el gamberrismo con pintadas en sus muros, y la más absoluta dejación en su conservación.
En la mina de la Esmeralda, los senderistas pudieron revivir, a través de las explicaciones de los voluntarios de Natura 2000, las duras condiciones de trabajo de los mineros, y un arduo trabajo de extracción que se hacía de la siguiente manera: "sobre cada filón había una máquina de vapor destinada al agotamiento del agua y a la extracción del mineral.
El arranque se preparaba en el interior, a 60 metros de profundidad, por cuadrillas de barreneros, que se renovaban cada ocho horas y que empleaban la pólvora y la dinamita.
Clasificado y medido el mineral, se formaba con cada clase montones especiales, de los cuales se sacaban muestras, que se analizaban diariamente en el laboratorio de la sociedad, a fin de conocer el grado y la ley de cada uno. Por último, los minerales, clasificados y marcados convenientemente, se enviaban por medio del ferrocarril de servicio a un muelle de carga, donde se depositaban en vagones, que los conducían después a Lisboa.
La producción normal variaba entre 4.000 y 5.000 toneladas mensuales, pero la sociedad podía aumentar esta cantidad a 6.000 toneladas con unos nuevos medios de explotación de la época, entre los cuales figuraban una gran máquina de agotamiento, de fuerza de 250 caballos, y otra de extracción, de 25 caballos. Entonces la producción se elevaba a 100 toneladas por cada diez horas de trabajo".
Los voluntarios de Natura 2000 mostraron también a los participantes de la ruta el estado de abandono de las ruinas mineras, la falta de cerramientos que impidan el acceso de los gamberros o carteles que indiquen la prohibición de tirar escombros, siendo en muchos casos peligroso para todo aquel que las visite.
Por tal motivo, desde la asociación, piden a las administraciones "mayor sensibilidad con un patrimonio declarado Bien de Interés Cultural, y que fomenten su conservación y la realización de rutas culturales con centros de enseñanza de la ciudad para no dejar en el olvido su pasado minero, que durante cien años fue el motor de su desarrollo".
Fuente de la noticia http://www.regiondigital.com/