A Rodela, una ferrería monumental caída en el olvido.
Artículo de Carlos Rueda y Francisco Albo para La Voz de Galicia
En el lugar de A Rodela, en la parroquia quiroguesa de San Salvador do Hospital y a orillas del río Quiroga, se encuentra la que fue una de las ferrerías hidráulicas más importantes del municipio. Se trata de la ferrería de A Rodela o de Queiroga, un ejemplo destacado de la antigua industria siderúrgica artesanal de la montaña lucense. Como otras ferrerías del sur lucense, fue propiedad del monasterio de Samos.
La fecha de su construcción se desconoce, pero hay documentos de 1685 donde se cita la factoría de Rodela en un pleito ganado por el abad José de Laguna que tenía pendiente el monasterio de Samos sobre la ferrería y sus bienes. En 1757, siendo abad Vicente Marín, el monasterio mantuvo otro pleito -esta vez con el cura de Fisteus-, por construir una presa sobre el río Quiroga que al parecer afectaba al rendimiento de la factoría. Estos datos históricos son mencionados por Clodio González en su libro As grandes ferrerías da provincia de Lugo.
La mayor parte del mineral de hierro que fundía en A Rodela procedía de los yacimientos situados en el monte Formigueiros de O Courel, aunque también llegó a calcinar mineral procedente de las explotaciones de A Veneira de Roques, en A Pobra do Brollón. La media anual del mineral calcinado era de unos setecientos quintales. Por entonces se extraían unos cinco kilos de metal por cada quintal de mineral de hierro, según datos del geógrafo del siglo XVIII José Cornide Saavedra recogidos por Clodio González.
Solo seis meses al año
De acuerdo con los datos que proporciona el célebre catastro de Ensenada -realizado entre 1750 y 1754- la ferrería solo trabajaba seis meses al año por carecer de caudal suficiente el río Quiroga en la época de estiaje. Aun así fue una de las ferrerías más activas de la zona, aunque a partir de principios del siglo XIX fue cayendo en decadencia. En 1874 solo trabajó durante dos meses debido a la competencia de los altos hornos de Vizcaya, a la escasez de carbón y a la deforestación de la zona por la tala masiva de árboles utilizados como combustible. Estuvo otros dos años activa como fundición y después se convirtió en una simple fragua para la fabricación de herramientas, aperos de labranza y utensilios de cocina. A mediados del siglo pasado, en la época de posguerra, fue transformada en una central eléctrica que abasteció de correiente a Quiroga, San Clodio y algunas aldeas del entorno.
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Depósito de agua
Su estado actual es ruinoso, aunque se conserva en relativo buen estado el banzado o depósito de agua y algunos elementos que formaban parte de la central eléctrica. La factoría destaca por su monumentalidad y consta de diversas conducciones subterráneas y arcos construidos en piedra de cantería. Por encima de la ferrería, junto a un camino que lleva a los lugares de Casa do Vello y Campos de Vila, se encuentra la casa donde en tiempos residieron los administradores. A pesar de su abandono, todavía conserva el aire de grandeza y nobleza que ostentó en tiempos. En su larga fachada construida igualmente en piedra de cantería bien labrada, llaman la atención las rejas de hierro forjado -procedente de la ferrería- que forma parte de las ventanas, la puerta de entrada y un balcón que se asoma al camino. La casa disponía de varias construcciones anexas, como las cuadras y la capilla, que hoy se encuentra en ruinas.
La vivienda posee además una bodega a la que se accede pasando por debajo de un aparatoso dintel. En sus gruesos muros se abren varios túneles interiores que forman una cámara de aire cuya finalidad era regular la temperatura interior de la bodega. Dejó de utilizarse como tal hace más de cincuenta años.
Desde quiroga
Hay que salir de Quiroga por la carretera que lleva a Campos de Vila. En el kilómetro 3,7 hay que desviarse a la derecha por un vial asfaltado que lleva a Cruz de Outeiro y A Seara. A los 600 metros tenemos un nuevo desvío, esta vez a la izquierda, para A Ponte y A Rodela. La ferrería se encuentra a un kilómetro de este desvío
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Viñas que crecen en torno a una vieja mina de hierro de Quiroga
El lugar de A Toca se halla en la parroquia de San Salvador de Hospital, del municipio de Quiroga. El nombre -compartido por una mina aurífera romana de la sierra de O Courel- parece aludir a una oquedad en el terreno. A unos doscientos metros de la aldea, en efecto, se abre en la ladera del monte un gran tajo de origen artificial que en su día fue una mina a cielo abierto. No se sabe con certeza si esta yacimiento también fue explotado en la época romana. Pero por encima de la aldea se encuentra un castro, el de Barreiro, que pudo haber tenido una relación con la mina.
La antigua explotación minera está formada por dos terrazas situadas a diferentes alturas, que se extienden monte abajo hasta las proximidades de la carretera que lleva a Campos de Vila. Sobre el terreno aún se pueden verse algunos restos de mineral de hierro. En el lugar también se abre una grieta en forma de galería que parece seguir una veta de mineral. En la actualidad hay numerosas viñas plantadas -en tiempos recientes- en torno a esta gran excavación.
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