La esencia de Torremolinos
Autor artículo Carlos Casado para La Opinión de Málaga
Unas simples tareas de limpieza y desbroce en la parcela del Molino de Bóveda en Torremolinos han dejado al descubierto un nuevo tesoro del siglo XIX, concretamente en la zona conocida como Cuesta del Tajo. Tras finalizar los trabajos se ha podido comprobar que en el mencionado entorno se conserva un tramo del cauce histórico de la localidad, que distribuía agua a los molinos entonces situados en lo que hoy es la calle de la Sierra de Cazorla.
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En dicha ubicación se localizaban a finales del siglo XIX y XX hasta cinco molinos, hoy desaparecidos: Nuevo, de la Glorieta, Esperanza, Pato y Caracol. Ahora, Torremolinos ha identificado los posibles restos, aún conservados, de una de estas infraestructuras que, según la documentación de la que dispone Urbanismo, podría ser la citada en último lugar. El edificio aún mantiene sus muros perimetrales.
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El alcalde de la localidad, José Ortiz (PSOE), visitó la finalización de los trabajos acompañado de varios técnicos de la Delegación de Urbanismo y valoró la importancia que representa «no sólo el Molino de la Bóveda sino todo su entorno para la historia de Torremolinos». El regidor señaló que «se van a estudiar distintas alternativas para recuperar el núcleo histórico de la localidad en torno a la cultura del agua y su correspondiente patrimonio arquitectónico».
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La industria harinera fue el motor industrial de Torremolinos desde la baja Edad Media hasta finales del siglo XIX, determinando el desarrollo urbanístico del municipio, ya que las distintas construcciones se han ido realizando alrededor del cauce, que partía de los manantiales donde se ubicaban los molinos de Inca, Cea y Batán y que llegaba hasta la misma playa en la calle Peligro. A lo largo del recorrido se instalaron numerosos molinos, algunos de los cuales mantuvieron su actividad varios siglos.
Fuente de la noticia http://www.laopiniondemalaga.es