Un proyecto para rescatar el patrimonio industrial de Teruel.
Artículo de P. Zapater para Heraldo
Recartografías es una asociación formada por un grupo de investigadores y profesores de la Universidad de Valencia del ámbito de la geografía, las ciencias ambientales, el derecho ambiental y las ciencias políticas. Sus investigaciones se centran en el estudio de conflictos territoriales y urbanos, las causas y dinámicas de territorios rurales abandonados y las herramientas de planificación territorial y urbana alternativas desde la perspectiva de la ecología política.
Uno de sus proyectos recientes está a punto de cumplir un año: la construcción de una ecoaldea en el barrio de Mas Blanco en el municipio turolense de San Agustín, a partir de varios contratos de custodia territorial -acuerdos voluntarios entre los propietarios y una entidad de custodia en la que se pacta el modo de conservación, explotación y gestión de un territorio- tanto con particulares como con el Ayuntamiento de la localidad.
Su iniciativa más reciente acaba de recibir financiación para llevar a cabo una nueva investigación. El pasado mes de diciembre, el Instituto de Estudios Turolenses dio a conocer los ganadores del XXXIII Concurso de ayudas a la investigación 2016 destinadas a financiar distintos proyectos en la provincia de Teruel, entre ellos el presentado por la Asociación Recartografías: 'La industria rural dispersa en Teruel: un patrimonio único en peligro', en el que participan los investigadores de la Universidad de Valencia Antonio Valera Lozano, Luis del Romero Renau, Neus La Roca Cervigón y Laura Lara Martín.
El objetivo de este trabajo se basa en la realización de un inventario “no exhaustivo” de los ejemplos más notables y mejor conservados de industria rural dispersa en la provincia de Teruel, dividiendola en 4 grandes grupos: molinería hidráulica dedicada al procesamiento de grano, la industria textil, la producción de electricidad a partir de energía hidráulica o carbón y la minería.
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El grupo que lidera este proyecto ya ha comenzado a identificar elementos susceptibles de ser incluidos en el inventario: “En primer lugar, estamos recuperando la información sobre molinos, fábricas, minas y patrimonio industrial abandonado disperso que localizamos durante los 3 años de trabajo dedicados al libro sobre pueblos abandonados 'Territorios abandonados. Paisajes y pueblos olvidados de Teruel' que nos hizo ver la necesidad de un estudio que analizara ese patrimonio todavía presente pero en avanzado riesgo de deterioro o degradación, -explica Antonio Valera-. En segundo lugar, estamos revisando diferentes fuentes bibliográficas sobre industria rural, así como la información disponible en el Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA)”.
Valera añade que “también se está revisando exhaustivamente la cartografía histórica de los años 40 y 50, donde se identificaban molinos de harina y aceite, batanes, fábricas de luz, colonias industriales, minas, etc. Un primer análisis de las fuentes cartográficas nos está mostrando que gran parte de los topónimos sobre estas actividades han desaparecido de las bases cartográficas recientes, incluso las de escala más detallada”.
Tras la realización de una una primera base de datos de elementos industriales abandonados que puedan ser de interés la asociación comenzará a geolocalizarlos y a tratar de visitarlos in situ para una caracterización fiable de sus componentes, posible estado inicial, estado actual y posibilidades de recuperación. “La idea es utilizar los contactos y redes sociales de la asociación para tratar de recopilar también fotografías o experiencias de antiguos trabajadores o población local, aunque ese paso suele ser complicado”, señala Valera.
El estudio de Recartografías se centrará en la industria rural dispersa en la provincia turolense, en la que se encuentran molinos y fábricas de harina, batanes y fábricas textiles, molinos de aceite y fábricas de jabones, fábricas de luz y centrales de producción eléctrica, salinas y minas, herrerías, tejerías...
“Existen ya experiencias de recuperación de muchos de estos elementos para diferentes usos: turístico, residencial, ambiental... Por su localización y características, son lugares muy viables para actividades relacionadas con el medio natural y la interpretación de la vida y aprovechamiento del territorio turolense antes del gran éxodo rural y los cambios socioeconómicos desde mediados de los años 50 y 60 del siglo XX”, apostilla el investigador.
Pero lamentablemente, “algunos de estos elementos son casi imposibles ya de recuperar, pero otros podrían rescatarse sin un coste demasiado elevado antes de que pasen a engrosar la lista de ruinas industriales, -subraya.
Fuente de la noticia http://www.heraldo.es/
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