El Ayuntamiento ordena la consolidación urgente de parte del Molino de los Señores.
Artículo de César Blanco Elipe para El Norte de Castilla
La tala de árboles en el paseo del Eresma ha despejado la escuálida visión que antes la frondosidad trataba de ocultar sin quererlo. Sin ramas ni hojas que interfieran la perspectiva a uno y otro lado del cauce, el Molino de los Señores se alza quebrado en todo el ‘esplendor’ del abandono que padece desde hace tiempo. Ventanas huecas, vigas a la vista tras caerse parte del tejado, humedades, fachadas resquebrajadas... el paso del tiempo y todos los síntomas de la falta de mantenimiento en un edificio cuya construcción data del siglo XII. Este monumento, que fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1983 por la Junta de Castilla y León, presenta un avanzado estado de deterioro y la ruina le acecha.
El Ayuntamiento de la capital segoviana, de la mano del Servicio Territorial de Cultura, ha decidido atajar la enfermedad antes de que sea más dañina todavía. El concejal de Urbanismo, Alfonso Reguera, confirma que de inmediato se remitirá a la propiedad del Molino de los Señores una «doble orden». La primera, la prioritaria ante el lamentable estado del inmueble, como han comprobado en sus inspecciones los técnicos del Consistorio y de la Junta, está dirigida a «consolidar las dos naves laterales».
Afianzar, no derribar
El segundo requerimiento consiste en que, desde el momento en que los dueños reciban la notificación, empiece a descontarse un plazo de cinco meses para que la titularidad del que está considerado uno de los edificios señeros del patrimonio industrial de Segovia presente un proyecto de rehabilitación y fijación de las estructuras, agrega el concejal.
Las observaciones llevadas a cabo han determinado que hay una urgencia en acometer el afianzamiento de ciertos elementos que se encuentran más dañados. Es el caso de los tejados de las naves laterales –cita Alfonso Reguera a modo de ejemplo–. En el fondo, la decisión del Ayuntamiento de Segovia no pretende otro objetivo que no sea «el de impedir que se produzcan más daños», apostilla el responsable municipal de Urbanismo. Esas tareas pueden conllevar la retirada de tejas hasta que «haya un proyecto serio de mantenimiento y conservación», incide Reguera, quien precisa que no se trata de derribar parte del edificio, sino de la ejecución de labores de saneamiento.
Por su parte, responsables de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León concretan que la Administración autonómica ha trabajado codo con codo con el Consistorio de la ciudad en este y otros casos referidos a la protección del patrimonio. En lo que afecta al Molino de los Señores, los representantes del servicio territorial también ha estado en contacto con los dueños en su labor de seguimiento e inspección. Según han puesto de manifiesto fuentes regionales, impera la adopción de medidas que garanticen la seguridad. Así, la institución autonómica comulga con las órdenes del Ayuntamiento de la capital dirigidas a promover una intervención de urgencia.
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Obligados por ley
A tenor de la Ley 12/2002, de 11 de julio, de Patrimonio Cultural de Castilla y León, corresponde a los propietarios del Molino de los Señores «la obligación de conservar el Bien de Interés Cultural, custodiarlo y protegerlo debidamente para asegurar su integridad y evitar su pérdida, destrucción o deterioro». Además de recordárselo a los titulares y de las visitas técnicas, los expertos «se han puesto siempre a su disposición para facilitar sugerencias y asesoramiento». Hasta ahí puede llegar la Administración autonómica, cuya función «no puede ser, en los tiempos actuales, la de financiar unilateralmente actuaciones a demanda, sin enmarcarlas en unos criterios de planificación y gestión que garanticen la sostenibilidad de las actuaciones que se emprendan», explican los responsables de la Delegación de la Junta.
Además del requerimiento formal, el Servicio Territorial de Cultura insiste en que ha tratado de buscar una solución que permita «aunar la imprescindible restauración para la conservación del edificio con la función social del bien, permitiendo la visita pública del mismo». La Junta de Castilla y León pone como ejemplo de «esta necesaria colaboración entre lo público y lo privado» la intervención en el Martinete de Navafría.
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Posible enajenación forzosa para la Casa de los Buitrago y el Molino de los Señores.
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