Artículo de E. Gancedo para Diario de León
«Te voy a decir una cosa: el mayor reto es hacer consciente a la gente de los propios pueblos del valor que tiene su cultura. Hace tiempo que los urbanitas se dieron cuenta de esto, pero tienen que ser ellos, los vecinos de las zonas rurales, quienes lleguen a ese convencimiento». Lo dice Javier Revilla, profesor asociado de Historia Contemporánea en la ULE y coordinador del muy activo Museo de la Industria Harinera de Castilla y León con sede en Gordoncillo. Y también principal impulsor de Patrimonio y cultura agraria, un curso de verano de la Universidad de León que se desarrollará en esa localidad del sur provincial del 10 al 13 de julio con una docena de expertos en variadas disciplinas como la historia, la geografía, la economía, la viticultura, la filología, la arquitectura o el medio ambiente. El congreso incluirá un encuentro en el excelentemente conservado molino de Villacelama; unos edificios que ejemplifican como ningún otro el esplendor y la caída de la cultura agraria, antaño predominante y hoy en lucha por la pura supervivencia.
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«El objetivo del curso es analizar y poner en valor el patrimonio material e inmaterial generado por la práctica de la agricultura y la ganadería en las zonas llanas de León, que nace con vocación de continuidad y que aborda el tema desde ópticas muy variadas —prosiguió Revilla—. La mirada será múltiple, pero si la iniciativa funciona bien, y creemos que sí dado el interés que detectamos con todo cuanto tiene que ver con el desarrollo del mundo rural y la necesidad de consumir productos de proximidad, podremos hacer ediciones temáticas, abordar realidades más concretas».
El antropólogo José Luis Alonso Ponga, el lingüista José Ramón Morala, el veterinario e investigador Manuel Rodríguez Pascual, el presentador de televisión y comunicador Javier Pérez Andrés... serán algunos de los participantes en una cita cuyos detalles pueden consultarse, íntegros, en el apartado ‘extensión universitaria’ de unileon.es.
«Nadie va a venir de fuera a restaurar, dar valor y promocionar nuestra cultura rural, ese poso dejado tras el paso de los siglos, si no lo hacemos nosotros», manifestó Revilla. «La realidad es muy dura pero tenemos posibilidades y recursos para vivir en y de esta tierra. Es difícil... pero no imposible», concluyó.
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Un ejemplo junto al padre Esla
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