18/11/2018. La fábrica cultural se quedó en esqueleto
Artículo de Dolores Vázquez para La Voz de Galicia
Las estructuras de hormigón armado de la Cros miran desafiantes en una de las zonas de mayor crecimiento de Culleredo. Lucieron con paredes desvencijadas durante años afeando la fachada de O Burgo y ahora lo hacen de un apagado blanco dañado por las pintadas sin que haya fecha para que tengan contenido. Los restos de una planta con la matriz en Cataluña y que llegó a dar trabajo a un centenar de empleados iban a convertirse en la factoría cultural de un municipio con gran desarrollo urbanístico a partir de los noventa, pero todo se quedó en realidad virtual. El imponente esqueleto es lo que queda de una planta que comenzó a funcionar a finales de los años veinte en el mercado de los productos para el abono y que amplió mercado, posteriormente, hacia materiales para otras industrias, desde la salazón a la conserva de pescado e incluso al sector de la porcelana.
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Llegó a ocupar 125.000 metros cuadrados y fue señalada como uno de los principales focos de contaminación de la ría de O Burgo, con la mirada puesta en uno de sus símbolos, una chimenea de 36 metros que se derribó, tras doce horas de intensos trabajos, en junio del 2002, cuando ya llevaba sin actividad 11 años.
A partir de su cierre fueron constantes y recurrentes las propuestas para ese espacio, siempre en la línea de destinarlo a centro cultural, y en el 2000 se concretaron avances entre varias Administraciones para recabar fondos para lo que Culleredo consideraba su proyecto estrella. Sin embargo, los acuerdos fueron siempre parciales y el presupuesto fue aumentando con el tiempo, aunque, para alivio de muchos, solo en el papel. Los arquitectos gallegos Gustavo Díaz y Santiago González incluso llegaron a diseñar el complejo cultural, que fue presentado en mayo del 2003, fijando su coste en 7,2 millones de euros para levantar un auditorio de 600 butacas, un espacio más pequeño con 200 plazas, biblioteca, cafetería y espacios culturales. Todo realizado con un diseño que permitiría salvaguardar las naves originales.
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Mientras el dinero no llegaba, aunque hubo compromisos por parte de la Xunta, distintos ministerios y el Concello, las paredes de la Cros sirvieron como soporte publicitario, lo que, al menos, ocultó el feísimo y el abandono en el que quedaron unas instalaciones que eran señaladas como símbolo de la arquitectura industrial de otra época.
Fuente de la noticia https://www.lavozdegalicia.es/
17/11/2018. Culleredo negocia con una fundación crear un proyecto museístico en la Cros
Artículo de Sara Vázquez para La Opinión Coruña
El Concello de Culleredo negocia con una fundación el desarrollo de un proyecto museístico en las antiguas naves de la fábrica de la Cros, en O Burgo. El Ayuntamiento ultima conversaciones y elude por ahora avanzar el nombre de la entidad y la materia sobre la que versarían las exposiciones.
El Gobierno local descarta el proyecto de centro cultural que había concebido el anterior alcalde, Julio Sacristán, para el que el Gobierno central no llegó a aportar la financiación pactada. Apuesta, en cambio, por una iniciativa "con actividad continuada", y no actuaciones concretas, para convertirlo en "un espacio vivo", por lo que un proyecto museístico con actividades se ajustaría a sus preferencias. Por eso el Ejecutivo que dirige José Ramón Rioboo concede prioridad a esta propuesta sobre otras ofertas que ha recibido de entidades o empresas.
El Ayuntamiento aclara que el acuerdo no está todavía cerrado. Asegura que los términos de la negociación garantizan que el renovado espacio de la Cros seguirá siendo un centro municipal y no pasará a manos ajenas.
El proyecto inicial para dar una nueva vida a los esqueletos de la antigua fábrica de abonos se cerró hace casi diez años. En 2009 se acordaba descontaminar la estructura y el terreno que la soporta y se planificaba la reconversión en un centro cultural. En 2011, los trabajos de descontaminación concluían con el futuro de las naves en el aire, dado que el Gobierno central no había consignado todavía los 5,6 millones de euros comprometidos para llevar adelante el espacio destinado a la cultura. La idea era que las naves centrales de la antigua fábrica albergasen un auditorio para 450 espectadores, una biblioteca con 1.500 puestos de lectura y diversas salas polivalentes de cultura. El Ayuntamiento comenzó entonces a prever una modificación de los plazos iniciales para ajustarse al ritmo en que el Ejecutivo estatal consignase las partidas presupuestarias prometidas. "Van a depender de la aportación que realice el Estado en un futuro, ya que hasta ahora su aportación ha sido de 0 euros, a pesar de que se había comprometido a la financiación del 60%, es decir, de unos 5,6 millones de euros", criticó el entonces alcalde, Julio Sacristán. Agregó que también influirían las disponibilidades del Concello y otras aportaciones de programas europeos.
Pero la financiación estatal nunca llegó. En 2014, al conocerse unos presupuestos estatales que de nuevo olvidaban el esqueleto de un referente de la arquitectura industrial en la comarca, el Gobierno local apenas reaccionó. El Ejecutivo municipal dio el proyecto casi por perdido y se centró en criticar la falta de fondos para otras demandas históricas, como la regeneración de la ría de O Burgo.
En la actualidad, las estructuras y el terreno situado debajo de las mismas están descontaminadas, asegura el Concello. Preguntado por las críticas del PP que aseguran que todavía hay contaminación en la Cros, el Ayuntamiento cullerdense concreta que faltan por descontaminar los terrenos anexos. El Ejecutivo municipal encargará un análisis de estas superficies para comprobar si se encuentran contaminadas o no y, en caso afirmativo, concretar su afección. Este estudio determinará el proyecto de descontaminación, para el que se ha incluido una partida de 250.000 euros dentro del proyecto Culleredo Vivo, dotado con fondos europeos dentro del proyecto DUSI.
Fuente de la noticia https://www.laopinioncoruna.es