Los historiadores piden mantener al menos una de las baterías de cok
Artículo de Yolanda de Luis para El Comercio
Que Sepides y el Ayuntamiento trabajen en buscar soluciones para conservar elementos de baterías de cok en pie ha sido bien recibido entre las entidades defensoras de la conservación del patrimonio industrial. Destacan el valor de estos elementos para recordar el pasado siderúrgico de Avilés, no obstante, creen que debería dejarse en pie elementos productivos de al menos una de las baterías porque «conservando solo instalaciones aisladas no hay una lectura coherente de la historia de la industria».
El Ayuntamiento mira ya hacia algunos ejemplos en Europa, concretamente hacia Alemania, a la cuenca del Ruhr, para analizar soluciones y son los mismos ejemplos que utilizan los investigadores sobre patrimonio industrial para defender sus argumentos para indultar otras instalaciones además del gasómetros y los almacenes generales que plantean las instituciones implicadas en la puesta en valor de los terrenos de baterías.
El Centro de Estudios del Alfoz de Gauzón, que dirige el historiador del arte Rubén Domínguez, concluirá en unas semanas el estudio en el que participan historiadores, arquitectos, especialistas en arte y geógrafos sobre el complejo que cesó su actividad la pasada semana. Parte de ese trabajo ya se conocerá en las dos jornadas que los próximo días 25 y 26 dedicarán a las baterías de cok en la que contarán, entre otros, con expertos que relatarán cómo se produjo la desaparición de estas instalaciones en el País Vasco, una actividad que se enmarca en las Jornadas Europeas de Patrimonio. «Mantener el almacén o el gasómetro sin una parte de los hornos complica la lectura, no todo tiene que ser un museo, puede serlo y servir para explicar la gran industria siderúrgica del INI, pero también puede tener otros usos de los que existen ejemplos magníficos en otras partes de Europa», señaló Domínguez.
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Los usos pueden ser muy variados porque, como recordó el historiador, «estos edificios son fácilmente reutilizables porque son construcciones magníficas y son huecos por dentro, por lo que se pueden compartimentar como se quiera, también para que se instalen nuevas empresas». Y añadió que «la opción de que estos edificios sigan manteniendo usos industriales es perfectamente válida y óptima».
En este sentido, Fernando Soler, del colectivo Monsacro, insiste en un planteamiento formulado ya el año pasado por ellos mismos y hace ya tiempo por la Fundación Docomomo Ibérico sobre la conservación de los elementos arquitectónicos destacados de la siderurgia en Avilés como museo de la industria y «seña de identidad frente al mundo de las posibilidades industriales de Avilés».
Algunos edificios con valor arquitectónico de la antigua Ensidesa ya han sido reutilizados por empresas como Daniel Alonso (la acería Martin Siemens o los hornos de fosa) o el propio Ayuntamiento con el parque de bomberos como centro de los servicios municipales. Ahora cree que habría una nueva oportunidad de abordar este planteamiento con las baterías.
En su opinión, los gasómetros se deberían conservar, los dos y no solo uno como parece que se plantea. «Se puede encontrar diversos usos para ellos y si se tira uno está claro que nunca volverá a construirse. Hay menos gasómetros en el mundo que iglesias románicas, son catedrales de acero que pueden ser por sí mismos elementos simbólicos de una ciudad o tener otros usos que también diferencien a la ciudad donde se ubican». Pero cree también que es el momento de «capitalizar la herencia industrial de Avilés como se ha hecho en otros lugares», manteniendo las baterías como elemento monumental integradas en ese museo de la industria de mayor envergadura.
Plácido García, del grupo SIGMA de estudio del patrimonio industrial asturiano, celebra también que esté en mente de las instituciones la conservación de parte de las instalaciones de baterías de cok y cree que tanto el Estado, como el Principado y el Ayuntamiento cuentan con profesionales «que pueden desarrollar un proyecto interesante». No obstante, comparte con el resto de entidades especializadas en la materia que «debería estudiarse mantener también elementos productivos como la torre de carga por ejemplo, no solo edificios». Para ello cree que se debería contar con el área de patrimonio de ArcelorMittal e incluso los propios trabajadores de las instalaciones, «los mejores conocedores del valor de las baterías de cok».
Recuerda además Plácido García las posibilidades de financiación que un proyecto de este tipo puede encontrar en el caso de España a través del 1,5% del plan de transformación de las baterías en suelo industrial o de fondos europeos.
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