Agaete restaurará un molino de agua de 1913 cedido por un vecino del Sao
Artículo de Christian Afonso para La Provincia
Un antiguo molino de agua que se encuentra en la localidad de El Sao, al fondo del barranco de Agaete, tendrá una nueva oportunidad. Su propietario, Manuel González Medina, lo ha cedido al Consistorio norteño para que se encargue de recuperarlo y restaurarlo y que, de este modo, se convierta en un bien patrimonial más del municipio, que sirve a la vez como atractivo turístico y para enseñar a las nuevas generaciones la importancia que tuvo el agua en el Valle.
El inmueble es uno de los tres molinos de este tipo que se ubican a escasos metros a lo largo de la ladera que baja desde Fagajesto hasta el valle de Agaete, justo enfrente del pago de El Sao, un reducto poblacional en el que llegaron a vivir 16 familias durante el siglo pasado. Estos elementos sirvieron para, usando la fuerza del agua para hacer girar las aspas, moler los cereales y crear harinas y gofio, platos principales de la dieta de los canarios de aquella época.
Según explicó el concejal de Educación agaetense, Sebastián Suárez, la idea que tienen en mente desde el Consistorio es "rehabilitar el molino, devolverle el uso que antaño se le dio y que las generaciones venideras vean de primera mano los usos diferentes que tiene el agua y entre ellos, la capacidad mecánica para mover las aspas y de ahí la piedra de molino para moler y hacer las diferentes harinas". Una iniciativa que puso sobre la mesa el propio Manuel González Medina, quien motu proprio se acercó a las oficinas municipales para informarles sobre su intención de ceder parte de su patrimonio para que sirviera a la ciudadanía del municipio.
Sobre esta desinteresada aportación, el hombre señaló: "Un día me levanté por la mañana y me di cuenta que tengo 77 años y que ya no estoy con fuerzas para reformarlo". El molino del que fuera propietaria su familia se construyó, aproximadamente, en 1913, por lo que cuenta con un siglo de vida a sus espaldas. Dejó de funcionar a mediados de la década de los sesenta, y desde entonces ha sufrido muchos desperfectos, el vandalismo de personas incívicas e, incluso, una okupación. El último molinero que lo hizo funcionar fue Emilio Rosario Santiago, un vecino natural de El Sao, que también es dueño de otra infraestructura similar que se encuentra unas decenas de metros más allá.
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"Cuando se construyeron estos molinos de abajo, no había ni cojinetes ni cosas mecánicas, y en el de arriba ya se puso mecánico, que ya rendeaba el doble que los de abajo", recuerda el último molinero del pago, quien enumeró de carrerilla las fechas exactas y los dueños de cada uno de los tres inmuebles que pueblan la ladera que alberga el pequeño núcleo de casas desperdigadas. Tanto él como Manuel González Medina conocieron de primera mano la importancia que tuvieron en su día a día, y eso es lo que quieren inculcar a los jóvenes, "que viven con todo hecho gracias a los avances".
Precisamente, un grupo de estudiantes del IES Agaete-Pepe Dámaso visitó ayer el molino que pretende restaurar el Ayuntamiento y los otros dos, en una visita guiada en la que conocieron la importancia del ciclo del agua y de los usos que tiene el líquido en el día a día de la sociedad isleña. Se encuadra dentro de un proyecto desarrollado por la empresa de abastecimiento Aqualia, contratada por cuatro corporaciones locales de Gran Canaria y 14 municipios de Tenerife. La clave de la iniciativa reside, precisamente, en el hecho de llevar el conocimiento global a lo local, y viceversa, con el objetivo de que se retroalimenten entre los dos.
El edil de Educación comentó que el Ayuntamiento pretende ahora rehabilitar también el ingenio azucarero, otro elemento que también se movía gracias a la fuerza que ejercía el agua para mover las aspas. En definitiva, apuntó, "dar a entender al resto de generaciones los diferentes usos, sobre todo para el regadío, del agua". Y, para ello, se arreglará o contribuirá de alguna manera en mejorar distintos elementos hidrográficos del municipio.
"La intención de este grupo de Gobierno es conseguir mejorar el patrimonio que tenemos en Agaete, sobre todo si está deteriorado. En este caso, ha sido un patrimonio que se ha mantenido a la vista y no ha habido ningún problema, pero en el caso del ingenio azucarero, estaba oculto y fue un descubrimiento, y la intención es poner todo eso en liza y que pueda visitarse", concluyó.
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Agaete rehabilitará el Molino de Abajo tras su cesión al Ayuntamiento
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El Ayuntamiento de Agaete rehabilitará el Molino de Abajo en El Sao
Artículo de Infonortedigital
El pueblo de Agaete y sus visitantes podrán conocer parte de la historia reciente de un municipio rico en patrimonio histórico gracias a la rehabilitación del Molino de Abajo que llevará a cabo el Ayuntamiento de Agaete gracias a la cesión realizada por su propietario, Manuel González.
Así lo ha anunciado el primer teniente alcalde y concejal de Educación, Sebastián Suárez, durante la visita que ha realizado los alumnos del IES Agaete Pepe Dámaso a los molinos de agua situados en el barrio de El Sao. Esta visita se enmarca dentro del proyecto educativo sobre el cuidado y conservación, historia, usos, fuentes de obtención y formas de almacenamiento del agua en Agaete, en colaboración entre el Ayuntamiento y la empresa responsable del servicio municipal de aguas, Aqualia.
Sebastián Suárez 'Chani', ha agradecido el gesto desinteresado del propietario del Molino de Abajo, Manuel González, en beneficio para el pueblo de Agaete. Por lo que “la intención del Ayuntamiento es rehabilitarlo, devolverle el uso de antaño y que las generaciones venideras conozcan de primera mano los diferentes usos del agua, como la capacidad mecánica para mover los molinos”.
De igual manera, el teniente alcalde ha recordado que el Ayuntamiento, junto a la rehabilitación del Molino de Abajo, tiene por objetivo recuperar el Ingenio Azucarero situado en la zona de Las Candelarias, primera instalación de estas características construida en Canarias para la elaboración de azúcar.
Manuel González ha subrayado lo importante que es “recuperar la historia que acompaña a los molinos de agua, como esas tertulias durante la espera del turno para moler el grano y que podían durar hasta varios días”.
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Como parte de esa historia social de la Villa, relató al alumnado del IES Agaete Pepe Dámaso, cómo las vecinas de Las Nieves salían a las cuatro de la madrugada de sus casas para venir a El Sao para recoger las hojas de ñameras y bajar hasta la costa para cubrir las sardinas que al día siguiente tomarían la ruta de vuelta hasta la montaña, “puesto que eran las que mejor protegían y conservaban las sardinas”.
Allí las vendían o cambiaban por harina, papas y otros productos de la huerta. “Así que, acuérdense del tremendo esfuerzo que hacían las sardineras de Las Nieves, cada vez que sus padres les pidan hacer algo y ustedes digan que están cansados, espetó Manuel González con sonrisa socarrona”.
Hasta la década de los años sesenta del pasado siglo XX, los molinos de agua de El Sao, como el Molino de Abajo, construido en el año 1913, recibían un caudal de hasta 45 litros por segundo procedente del Naciente Grande. Esa potencia permitía mover las aspas que era transmitida a las piedras de moler, “normalmente de Arucas -recordó González-” y que realizaban la molienda de los granos, eminentemente millo, pero también otros cereales procedentes de la zona alta de la Isla como Artenara o Tejeda.
En la actualidad, llegan entorno a los tres litros por segundo, debido a la bajada drástica de la capa freática en toda la Isla “por la construcción de pozos que han roto los espacios donde se almacenaba y corría el agua”, según ha explicado, Emilio Rosario, el último molinero de El Sao, propietario del Molino de en Medio, que dejó la actividad hace más de cuarenta años.
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