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Córdoba. Los molinos se han puesto alegres.

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Autores artículo Grupo Epiqueya

Los molinos están alegres porque sus molineros pueden hacerse visitas. Yacen sobre las aguas del Guadalquivir muertos de pena. Acércate a ellos y verás que hacen muecas y que desconfían de esos tambores lejanos que anuncian un peregrinar desde el de San Antonio por el de Téllez al de la Albolafia o viceversa. Se preguntan si, una vez que el viento ha desnudado a los árboles y la motosierra les ha permitido mutuamente contemplarse, podrán ser visitados de norte a sur y de sur a norte. Ahora no hay bonita charla entre ellos. Junta de Andalucía y Ayuntamiento deberían olvidar sus colores, azul y rojo, y trabajar a favor del ocre de los regolfos.

Nacidos a cada lado de ellos podremos, como niños, probar la embriaguez divina que nos dará el que podamos visitarlos y charlar con sus molineros. ¡Las almas crecidas en el Campo de la Verdad gozarán de la alegría de saltar sobre sus azudas pues para ellas sería como caminar entre amalgama de estrellas!

Si la vida es tan corta, ¿por qué esa enemistad entre Junta y Ayuntamiento? Si la muerte ha de llegar a ediles y diputados, ¿por qué dedican tanto tiempo a odiarse si el odio es camino hacia el infierno?, se preguntan los molinos que mutuamente entre sí peroraban ante sus futuras visitas como gran acontecimiento. Pues dice el concejal de turno que para ellos acabará ese potro de tortura que nace de su soledad; que la razón va a triunfar; que sus molineros de nuevo los empiedros moverán.

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La esperanza ha anidado en los molinos y la perderemos si morimos sin poder bajar a visitarlos. No están tan lejanos para alcanzarlos pero, ¿cuán cercanos los tenemos para encontrarlos? En esta paradoja los de Epiqueya nos movemos cada vez que por las riberas paseamos. Los cordobeses no saben cómo olvidarlos por eso se plantean de nuevo poder visitarlos. Ver morir a estos molinos viejos no daña tanto como no poder verlos vivir y vivirlos, pues contemplarlos desde el puente viejo es un amable modo de verlos morir sin poder vivir. La recompensa de los molinos de la azuda de la Al-hadra sería moler y seguir moliendo. Ver la menta en primavera que en divinos olores fenece y ninguno de nosotros se percata de cómo los molinos perecen. Sólo nos queda el placer de contemplar el sol vespertino suspendido cada tarde en el azul del horizonte.

¿Lo que el concejal Jaén pretende será una nueva leyenda y cada molino de esa díadema una cuenta?
Pasear por los molinos nos parece un agradable juego en disipadas aguas y el paso de jinetes veloces por las ventanas de un sueño. Nosotros con más de setenta años, criados en Fray Albino, estamos entre la Eternidad y este Tiempo. Nos gustaría gozar en esa visita como si fuera una herencia, prometida a nuestra adolescencia a la puerta del molino de San Antonio. Pero somos pesimistas porque el rojo socialista y el azul liberal conservador nos depararán pálida suerte. Nos iremos de este Tiempo sin himnos ni campanarios, ni tambores que el desfile anuncien desde Albolafia a san Antonio pasando por el molino de En medio, pues la derrota de los molinos es lenta y añeja y llena está de acuosos lamentos, de jirones de vacío, de trompetas secas que nada dicen al aire, que no generan ni ecos.

¿En Córdoba, qué es la Eternidad? / Un molino que se nos invita a abrir, / para indicar otro tras el azud de Culeb / y éste a otro molino aún más allá / porque la otra ribera está por venir. / La vida de los molinos con constancia / asciende, día a día, a su eternidad, / pues la otra orilla a través de ellos / jamás se podrá alcanzar, a no ser que, / de consuno, Ayuntamiento y Junta / se pongan, ¿lo creen?, a trabajar.

Perviven todavía sin designio ni propósito en nuestro caudaloso río cuatro solitarios molinos. Es su residencial el agua y desde ella recaban la atención del paseante apoyado en el pretil del puente viejo. Se han renovado Calahorra, Arco triunfal y puente; se ha amurallado el río para recuperar un espacio sin flores y con una gran zanja que llamamos Miraflores en tanto que los molinos quedan desiertos de almas y alzan sus ocres imágenes sin ayuda, sin esfuerzo, sin cansancio, sin aplausos, sin afectos.

¿Qué son san Antonio, Enmedio, Albolafia y Papalo Tierno?: Vergüenza, Calvario, Prisión y Condena a morir entre sus aguas porque a sus ruedas no pueden llegar como antaño los molineros.


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