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La restauración de la Fábrica de Armas de Orbaizeta. Navarra

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La restauración de la Fábrica de Armas de Orbaizeta hace más accesibles las visitas.

Artículo de Navarra.es

El que es posiblemente uno de los enclaves patrimoniales más fotografiados de Navarra es, a partir de ahora, más accesible a las visitas, gracias a las obras de restauración llevadas a cabo por el Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Cultura – Institución Príncipe de Viana.

 

La consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola, en compañía del presidente de la Junta del Valle de Aezkoa, Karlos Bueno, ha conocido el proceso de restauración de la Fábrica de Armas de Orbaizeta, de la mano de Javier Sancho, arquitecto del Servicio de Patrimonio Histórico y director de obra.

 

La restauración

Las obras de restauración, realizadas a lo largo de 2020, se han centrado fundamentalmente en el edificio de los hornos y del canal de ruedas. Descartada desde el inicio su recuperación funcional, es decir, la recuperación del proceso industrial, el proyecto ha pretendido asegurar los edificios para evitar su desmoronamiento, mejorar las condiciones de visita y facilitar la comprensión de estas edificaciones y de su antigua actividad.

 

Parcialmente arruinado, el edificio de los hornos fue objeto de una intervención anterior desde la Institución Príncipe de Viana, a lo largo de 2018 y 2019, para realizar trabajos de desbroce y desescombro, dibujar planos y analizar inicialmente la edificación y obras de desmontados y prospecciones. Se restauraban sus muros perimetrales y se colocaba una cubierta.


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El examen completo de los restos del núcleo después de los trabajos iniciales de 2019, “permitió concluir que lo adecuado era dejar los restos aparecidos en su estado, con independencia de la restauración de las embocaduras y alguna recomposición de menor alcance”, explican desde el Servició de Patrimonio Histórico, encargados de la restauración.

 

“Esto implicaba que no iba a ser preciso emprender una obra que se preveía complicada y muy costosa. Para entender los hornos podría ser suficiente, además de estas limitadas actuaciones, una adecuada explicación gráfica de los restos”, señalan.

 

En 2020 se planteó la restauración del núcleo de los hornos y del canal de ruedas para hacerlo accesible a los visitantes y mejorar la comprensión de su funcionamiento. Las obras se adjudicaron a la empresa Construcciones Leache S.L., de Aoiz, por un importe de 335.876,87 euros y un plazo de ejecución de 6 meses.

 

En lo que se refiere a la intervención en el núcleo de los hornos se descartó su reconstrucción fidedigna por inviabilidad técnica y económica. Así, “la intervención ha consistido en reconstruir solo la mitad del crisol, del atalaje y del inicio de la camisa del horno occidental y completar la intervención efectuada anteriormente”, comentan.

 

En el canal de ruedas tampoco se trataba de procurar una restauración funcional. Se proponían las reparaciones y protecciones de los muros que permitieran su conservación y disponer unos accesos delimitados para su visión.

 

A tal efecto se planteó completar las dos pequeñas escaleras que descienden desde la oficina de hornos y colocar unas barandillas laterales que incluyeran unas defensas en los huecos hacia el río, “lo que permite ver desde estos puntos el encauzamiento de la regata Legartza con los larguísimos muros que lo configuran y los arcos construidos entre ambas orillas”, explican.

 

El último aspecto del proyecto ha sido la recuperación de la conexión de las carboneras con el piso superior de los hornos. La pasarela original ocupaba toda la superficie delimitada por los dos muros que atraviesan el cauce del río y la crujía del canal de ruedas, entre la portada del piso superior del edificio de hornos y un vano dispuesto enfrente en las carboneras.

 

“Con esta actuación se ha conseguido un acceso al piso superior con un recorrido similar al original que permite su visión y la comprensión de una parte del proceso industrial. En el interior del recinto el acceso se limitará al pasillo central”, concluyen.

 

La Real Fábrica de Armas de Orbaizeta

La Real Fábrica de Armas de Orbaizeta se fundó en 1784 por una Real Orden de Carlos III. Su construcción tuvo dos fases: de 1785 a 1789 y de 1789 hasta 1794. Produjo municiones de guerra. Tras diversas vicisitudes bélicas, sufrió sucesivas destrucciones y reconstrucciones que provocaron su cierre provisional en 1873 y el definitivo en 1884.  Apenas cumplió un siglo de existencia activa y en 1893 se produjo su venta en subasta.

 

Los edificios fabriles fueron arruinándose, pero se conservaron las viviendas. El Estado devolvió a los vecinos del valle de Aezkoa el aprovechamiento de los montes en el año 1982. La Junta General del Valle de Aezkoa adquirió posteriormente las parcelas ocupadas por las edificaciones arruinadas de la fábrica, de las que ahora es titular.

 

La fábrica de armas de Orbaizeta, con todos los elementos propios de su actividad y que forman parte de su historia, fue declarada Bien de Interés Cultural por Decreto Foral 87/2008, de 15 de julio.

 

El edificio de los hornos constituye el centro físico de la fábrica y también el punto en el que convergía todo el proceso de trabajo. Se trata de dos altos hornos de fundición emparejados en un gran bloque de planta rectangular y aspecto macizo que mide en su base 16,10 x 8,30 m. Delimitaba dos recintos en el interior donde se ubicaba el núcleo de cada horno: crisol, hogar y camisa.

 

A partir de ahora serán los titulares del conjunto fabril, la Junta General del Valle de Aezkoa, los que se encargarán de impulsar su desarrollo turístico, determinar el régimen de visitas y el acceso público al conjunto.

 

En este sentido, “se considera interesante elaborar unos paneles explicativos sobre el funcionamiento de la fábrica de armas que, instalados en lugares estratégicos, faciliten la visita y la comprensión del funcionamiento de la fábrica”, recuerdan desde el Servicio de Patrimonio Histórico, responsable de la restauración.

Fuente de la noticia https://www.navarra.es

 

El 'renacer' de los hornos de la Fábrica de armas de Orbaizeta.

Artículo de Aser Vidondo para Diario de Navarra

“Emociona ver el resultado. Cuando empezamos a trabajar aquí, allá por 1986, era todo derrumbes, escombro, maleza... Una selva”. La arqueóloga Ana Carmen Sánchez Delgado encabezó las primeras prospecciones del Gobierno de Navarra en la Fábrica de armas de Orbaizeta de cara a poner en valor este enclave donde, especialmente en el siglo XIX, se fabricaba munición para los ejércitos de la Corona. “Entre 1986 y 1991 pasaron por aquí más de 450 jóvenes de voluntariado internacional que colaboraron en las excavaciones arqueológicas y la limpieza. Y ahora, tras décadas en las que apenas se han realizado consolidaciones de muros o se han colocado carteles, ha llegado la primera intervención de calado”, aseguraba este jueves a la sombra de un ‘nuevo’ edificio de 16 metros de altura, dentro de la citada fábrica, que sorprenderá al visitante habitual. Y es que, entre 2018 y 2020, el Ejecutivo ha impulsado la reconstrucción del edificio de hornos, el considerado como el ‘corazón’ de aquella instalación.

 

El Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Cultura ‘Institución Príncipe de Viana’ ha invertido unos 800.000 euros en tres fases de obra ejecutadas por Construcciones Leache de Aoiz. Entregó ayer las llaves del edificio a la Junta del Valle de Aezkoa, titular del conjunto, que ahora podrá permitir el acceso libre turístico a este entorno ya asegurado, pudiendo celebrarse además visitas guiadas. Se colocarán paneles informativos.

 

Autoridades locales y forales, con la consejera de Cultura, Rebeca Esnaola, a la cabeza, se dieron cita allí para conocer la rehabilitación, dirigida por el arquitecto de Príncipe de Viana Javier Sancho. “Los hornos estaban a punto de desmoronarse, el acceso estaba vallado pero la gente se colaba y había peligro. El conjunto es Bien de Interés Cultural (BIC) y se apostó finalmente por intervenir en esta parte tan significativa”, expuso.

 

Este edificio de hornos (existe otro en la fábrica) presenta una altura de 16 m sobre cimientos (hasta ahora, era de apenas 8) y una planta de 8,30 por 16,10 m. Posee en su interior dos espacios de 4 por 4 m que lo recorren de arriba abajo, y dentro de los cuales quedaban los hornos de San José y Santiago. “Por arriba (chimenea) se vertía mineral de hierro, carbón vegetal y cal, y por abajo (crisol, hogar y camisa), tras la combustión, se obtenía el hierro fundido y se sacaban las escorias”, explicó Paco Labé, arqueólogo que ha colaborado en el proyecto.


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Por fases

El primer año de obra, tras unas labores de desbroce y levantamiento de planos, se desmontó una chimenea y parte de la segunda. El segundo año se acabó de desmontar la chimenea que faltaba y se reconstruyó el edificio, consolidando los arcos por fuera y levantando muros “conforme a un plano que se conserva y fotografías de principios del siglo XX del Marqués de Santa María del Villar”. Se reaprovechó parte de la piedra existente y se colocó una cubierta metálica.

 

Ya en la tercera fase, se acondicionó el ‘canal de ruedas’ (hacía girar con agua las norias que movían los fuelles), se restauraron el ‘hogar’ de los hornos y las embocaduras, se asentaron las cumbreras de los muros del entorno, y se creó una pasarela de acceso a la parte alta desde la zona de carboneras.

 

La Real Fábrica de Municiones de Orbaizeta se fundó en 1784 y estuvo activa hasta 1884. “Los hornos funcionaban en campañas de 3 años. Una vez encendido uno, no se apagaba, y entretanto se reparaba el otro”, apuntaba Ana Carmen Sánchez. “En esta fábrica había 4 hornos en total. Una pareja producía munición para la defensa de la Península, y la otra para las Américas”, indicó. En el entorno de los hornos ahora restaurados ha quedado una explanada. “Aquí se fabricaba, en moldes, la munición con el hierro fundido”, dijo.

 

El presidente de la Junta de Aezkoa, Karlos Bueno, valoró que “una vez quitado el peligro y adecentado el espacio, se abrirá al público la zona de los hornos”. “Es un plus poder entrar dentro del recinto de la fábrica y entender mejor, de la mano de esta restauración, cómo funcionaba todo”, indicó.

 

La Junta trabaja asimismo para activar en este lugar, en el antiguo Palacio ya reformado, un centro de acogida de visitantes bautizado como ‘Kultur Ola’. “Querríamos abrir este verano, pero nos falta el bar-cafetería, y estamos viendo las posibles ayudas”, dijo. Contará también con un punto de información turístico, una sala de cultura, y exposiciones sobre el valle, Irati, la fábrica de armas y los trabajos en el bosque.

Fuente de la noticia https://www.diariodenavarra.es


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