Reportaje de Emilio Zunzunegi
Una cerrada ovación del público premió el 18 de mayo la ardua labor llevada a cabo por el equipo de arqueología del Museo de la Minería del País Vasco y por el maestro ferrón, Luis Padura, para obtener una reducción de mineral de hierro mediante el uso de una ferrería de monte como las que poblaron durante el medievo los montes de Bizkaia y en especial los de Triano y de Galdames. "Han sido más de 15 horas las que hemos estado detrás de este tercer intento de reducción y sin duda ha sido el que mejor nos ha salido", valoraba el arqueólogo Javier Franco". Mientras, el maestro ferrón Luis Padura retiraba los últimos trozos de escorias de la boca del horno, construido siguiendo el modelo estudiado en zonas como Callejaverde en Muskiz o Peñas Negras en Ortuella.
"Comenzamos la carga de leña y carbón vegetal a las ocho de la tarde del sábado y empezamos a echar el mineral en el horno hacia las diez y cuarto de la noche", fijaba Franco quien señaló que se han usado cerca de 140 kilogramos de combustible y 70 de mineral de hierro obtenido en los montes de la zona.
¿Qué temperatura se necesita para reducir el hierro?, preguntaba una mujer que se había acercado al Museo Minero junto con un grupo de amigos de Arrigorriaga. "En torno a los 1.300 grados centígrados", contestaba Franco, haciendo extensiva la respuesta al grupo que en torno a las 13.30 horas se citó en el exterior de la ferrería para ver in situ la apertura del horno.
EXPERIMENTACIÓN La ferrería fue construida esta misma semana en las inmediaciones del edificio museístico radicado en Abanto Zierbena con motivo de la celebración del primer Coloquio sobre Arqueología experimental del hierro y Paleosiderurgia. La cita reunió a los mejores especialistas de Euskadi y de diferentes países en arqueometalurgia del hierro prehidráulico y a otros expertos estatales y extranjeros que han trabajado este campo de la vertiente experimental.
"Ha sido una magnífica oportunidad para poner en común las experiencias que se están llevando a cabo en otras partes del Estado y de otros países en la investigación sobre este tipo de instalaciones preindustriales", destacó Javier Franco, miembro del equipo de arqueología Museo de la Minería y del Grupo de Investigación en Patrimonio y Paisajes Culturales (GIPYPAC) de la Universidad del País Vasco. Precisamente, la labor de estudio sobre el terreno de las haizeolak, llevada a cabo por Franco y su equipo del Museo Minero, está en la base de la instalación construida en el barrio abantoarra de Campodiego donde se ubica el Museo de la Minería. "Nuestras investigaciones nos han permitido conocer los elementos constructivos de la ferrería, del horno de calcinación donde se trata previamente el mineral antes de la reducción, o la distribución espacial en el taller del agua, de las piedras que usaban de yunques, etc., si bien hay detalles, como la altura, que son más que una reproducción una experimentación en base a las piedras encontradas en las haizeolak".
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ANÁLISIS Otro de los puntos de interés que se analizó en el coloquio fue las condiciones de temperatura, o ambientales en el que se puede obtener la reducción del hierro como lo hacían los ferrones en esta zona desde el siglo III hasta bien entrado el siglo XV. "Cada experiencia de reducción es diferente a la anterior, aunque estamos acercándonos a unos resultados prometedores a pesar de que aún estamos lejos de conseguir una sistemática para lograr aquellas agoas que luego llevaban a los yunques de las fraguas", reconoce Franco, quien ha obtenido una beca de la Diputación Foral de Bizkaia para poder analizar en un centro tecnológico especializado hasta tres muestras de estas reducciones experimentales.
"Esta última reducción y la segunda obtenida el sábado serán dos de ellas y otra la haremos probablemente en septiembre", avanza Javier Franco, quien ha sido invitado por estudiosos gallegos a colaborar con una experimentación como la desarrollada estos días con motivo del coloquio de expertos. Una actividad que ayer pudo ser observada por los numerosos visitantes que se acercaron al Museo minero de Gallarta con motivo de la celebración del Día Internacional de los Museos. Ellos pudieron ver como al final un imán se adhería a la reducción. Allí había hierro.