Y es que esta almadraba de Huelva no era solo el lugar de trabajo u ocio para la gente que se dedicaba a la captura y despiece del atún, sino que su edificio principal es único en cuestión arquitectónica, y su enclave, en medio del paraje natural Marismas de Nueva Umbría y Flecha del Rompido, hace que sea un lugar idóneo para ubicar en ella, por ejemplo, un centro de interpretación del entorno.
No obstante, su propia ubicación es un impedimento para sacar adelante las iniciativas que se han pensado para la almadraba durante los años, porque estar en un paraje natural dificulta cualquier actuación por leve que sea, y todas las ideas han ido chocando históricamente con distintas trabas administrativas.
Para intentar salvarlas, un grupo de vecinos de la playa de El Rompido, en el término municipal de Cartaya, han creado una plataforma ciudadana con la que quieren llamar la atención sobre el estado de abandono en el que se encuentra la almadraba, encabezados por el experto local en almadrabas y profesor de secundaria Juan Ruiz Acevedo.
Apoyo a la almadraba de Huelva
De momento, han conseguido reunir a medio centenar de personas en su asamblea constituyente, y han iniciado una serie de gestiones que van a dirigir a todas las instituciones, locales, provinciales, autonómicas, nacionales y europeas.
La idea, según fuentes de la plataforma, es intentar recuperar sobre todo el edificio y el entorno del Real, con destino a usos culturales y turísticos, un lugar donde, hasta su cierre, vivieron familias enteras dedicadas a la comercialización del atún, llegando a albergar a casi un millar de personas.
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En su idea no están solos, aunque chocan con una traba difícil de asimilar hoy día: la lucha por la titularidad por el terreno que mantienen los ayuntamientos de Lepe y Cartaya, que no han conseguido ponerse de acuerdo históricamente sobre en qué término municipal se encuentra la almadraba.
Y es que el edificio está en una porción de tierra única, la Flecha, que cada año crece unos 40 metros en dirección a levante, y con el tiempo se ha ido metiendo en territorio cartayero.
A esa lucha por la jurisdicción se refiere a Efe José Antonio López, que preside la asociación Amigos del Atún Thunnus thynnus, una entidad con sede en Isla Cristina que cada septiembre reúne a expertos en almadrabas de todo el mundo.
“No ayuda que no se pongan de acuerdo sobre la titularidad del terreno, y en esa eterna pelea estamos viendo como todo está cada vez más deteriorado”, explica López, que pone el acento en que se trata de la única de la decena de almadrabas que jalonaban la costa de Huelva, donde ya no hay actividad en este sentido.
Actualmente, para ver como se trabaja en la pesca artesanal del atún hay que navegar hacia la costa de Cádiz, y localizar las existentes en Conil, Barbate, Zahara de los Atunes o Tarifa.
En esas localidades se mantiene la pesca artesanal del atún cuando es cercado en sus migraciones, aunque en muy pocos casos esa pesca ha ido acompañada de la construcción de una miniciudad, como ocurrió con el caso de la almadraba de Nueva Umbría, abandonada hace más de medio siglo.
Mientras el Ayuntamiento de Cartaya no se ha pronunciado, la teniente de alcalde de turismo de Lepe, Bella Verano, ha defendido que se trabaja “desde hace mucho tiempo por la puesta en valor de Nueva Umbría -la playa, la flecha y el paraje natural- así como por el cuidado medioambiental, la limpieza del entorno y la rehabilitación de los edificios de la antigua almadraba para la pesca del atún”.
Verano ha agradecido la preocupación de los vecinos por esta iniciativa, y sí asegura que “la población lepera se encuentra altamente sensibilizada con este lugar y con su pronta rehabilitación”, citando que desde 2012 se están buscando fuentes de financiación para poder llevar a cabo la rehabilitación.