Redacción de Arainfo
Como continuación de nuestra denuncia de la situación de Averly, queremos centrar esta denuncia en otro de los símbolos de las innumerables muestras de desidia y escaso interés por nuestro patrimonio industrial y al mismo tiempo cultural de la ciudad de Zaragoza: La Imprenta Blasco.
Se crea en 1888 por Tomás Blasco Benito junto al también profesional Santos Andrés, en la calle Candileja, algunos años después se separan quedando como único propietario Tomás Blasco. Este es un gran profesional y excelente tipógrafo, en 1924 se instala en las plantas bajas de un edificio de reciente construcción en la plaza del Ecce Homo, donde sigue ahora en estado ruinoso y sin ningún interés por su conservación.
Fallecido en 1928, había pasado la propiedad a su sobrino Mariano Blasco y luego siguió una serie de familiares hasta su cierre por el entonces dueño Ángel Blasco Viñado. Tras varias generaciones de profesionales de una misma familia, adquirió el mérito de ser la imprenta comercial más longeva de la ciudad.
La imprenta Sobrinos de Tomás Blasco cerró en 2000. Desde entonces se está intentando recuperarla y convertirla en el Museo de la Imprenta de Aragón.
Imagen de la noticia |
Unas instalaciones que compró a los propietarios el Ayuntamiento en 2002, siendo alcalde José Atares, mediante una permuta de suelo por 2,2 millones de euros, incluido el equipamiento: dieciocho máquinas de los siglos XVIII y XIX, cuatro prensas y seis chivaletes.
Y es que desde su adquisición el edificio ha sufrido filtraciones de agua que han causado daños en el suelo de madera e incluso se ha detectado la entrada de personas ajenas a la propiedad.
El proyecto de Museo de la Imprenta Estuvo a punto de conseguirse cuando el entonces concejal de Urbanismo, Antonio Gaspar, firmo un convenio con la Asociación de Artes Gráficas de Zaragoza. Convenio que se paso por el arco del triunfo el Gobierno de la ciudad, encabezado por su Alcalde, Juan Alberto Belloch y su nuevo concejal de Urbanismo sr. Pérez Anadón.
Vergonzosamente estamos ante otro caso que solo se puede atribuir a la “dejadez y desidia” del equipo de Gobierno del Ayuntamiento que sigue los pasos de la DGA y otras instituciones que históricamente han permitido que el patrimonio, tanto industrial como cultural de Aragón y de Zaragoza en particular desaparezca.
En este caso se pierden grandes maquinarias de Artes gráficas que con motivo del cierre y en algún caso modernización de los talleres han ido a parar a la basura o a la chatarra por no disponer de un lugar en condiciones para ser recogidas, restauradas y exponerlas al público.
“La sensación que tengo es de enfado y de pedir responsabilidades, económicas y políticas a los responsables de esta desidia. Como impresor (cajista en mis principios) se me revuelven las tripas de ver el estado de estas instalaciones y la dejadez de nuestros políticos. Hagamos que se marchen a especular a sus casas y no con el patrimonio de todos los zaragozanos. Salud.” Joaquín Salvador Formento (comentario publicado el 19 de febrero de 2011 en www.facebook.com/salvemos.laimprentablasco?fref=ts)