Los Ayuntamientos de Sestao y Trapagaran, en los que se asientan los terrenos de la extinta Babcock & Wilcox -actualmente en proceso de liquidación concursal tras el cierre empresarial de 2011- aprobaron sendos acuerdos de declaración de ruina de las instalaciones. Desde el pasado verano, los pabellones han sido objeto de numerosos expolios para hacerse con los materiales férricos y eléctricos que aún permanecían en el recinto. Según pudo saber DEIA de fuentes municipales, los acuerdos fueron adoptados la pasada semana en ambos consistorios y enviados a los administradores concursales de la empresa Babcock Power S.A., última propietaria de la parcela.
“Les hemos remitido el acuerdo a la vista de los informes que han elaborado los técnicos municipales”, indicaron las mismas fuentes, que también destacaron que “existe un claro riesgo de derrumbe de algunos pabellones después de que se hayan eliminado las cerchas metálicas que los cohesionaban y tras los incendios registrados en el expolio al que se han visto sometidas las instalaciones, sin que los propietarios legales hayan hecho nada para impedirlo”. El acuerdo, recoge la necesidad de que la administración concursal presente el correspondiente proyecto para el derribo de los edificios con detalle del proceso de descontaminación que debe abordarse en la factoría ante la presencia de productos tóxicos y nocivos para la salud.
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PLAZO Las fuentes consultadas desconfían de la voluntad de la propiedad para acometer tal encomienda “toda vez que están esperando a que llegue el 31 de diciembre, fecha en la que vence el plazo para la presentación de ofertas sobre los terrenos que inicialmente valoraron en 11 millones de euros”, explicaron.
Desde Trapagaran, además se plantean qué va a pasar con la deuda de 800.000 euros que acumula la empresa por el impago del IBI. A ello habría que añadir los 15.000 euros que Trapagaran invirtió para tapiar la antigua Escuela de aprendices. “Somos los últimos de la cola de los acreedores”, reseñaron.