La pequeña villa de San Miguel de Pedroso, a tiro de piedra de Belorado, es un enclave donde el respeto por el pasado es un símbolo de identidad local.
De entre sus numerosos elementos patrimoniales que atesora, con peculiares historias como la de los puentes de Los Muertos y Del Diablo, destaca uno de forma especial. Este es su molino medieval, considerado el más antiguo de Castilla y León aún en funcionamiento, cuya construcción se ha situado a mediados del siglo X coincidiendo con la construcción del convento de monjas más antiguo de la comunidad.
Lógicamente el paso de los siglos y la mecanización del campo acabó por dejar en desuso este elemento clave en la economía medieval pero los miembros de la asociación El Priorato y los vecinos decidieron realizar su recuperación.
Esta comenzó en 1996 y siguiendo la costumbre de respetar las tradiciones de la villa se llevó a cabo con las antiguas ‘veredas’, trabajo comunal, hasta su conclusión.
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Actualmente está considerado como una joya dentro de la arquitectura popular burgalesa, ya que mantiene con fidelidad su aspecto exterior además de ejercer su tarea de moler grano como antaño.
Cabe recordar que en la Edad Media la importancia de un molino era de tal envergadura que eran la referencia para medir la prosperidad de una villa así como el poder de los nobles o instituciones eclesiásticas que ejercían el monopolio de la molienda.
Aún hoy se conserva en las voces populares el término ‘maquila’ siendo esta medida, bien de grano o de harina, que los campesinos entregaban por el uso del molino a sus propietarios.