Autor artículo: José Pablo Coyoy en AGN
unos 93 kilómetros de la ciudad de Guatemala (occidente) empezó a funcionar un molino de trigo hace 138 años. El sistema de molienda estaba constituido por discos de piedra, movidos por animales de tiro. Posteriormente se modernizó el proceso, hasta que en el 2005 el volumen de ventas superó la capacidad de producción, lo que motivó tomar decisiones empresariales determinantes, entre las que se incluyó dejar las antiguas instalaciones y convertirlas en un museo, el Molino Helvetia.
Tecpán, Chimaltenango, hacia el occidente guatemalteco, era una comunidad cuya población se dedicaba en su mayoría al cultivo del trigo, por eso los primeros propietarios decidieron construir allí un molino.
Según uno de los guías del lugar, la edificación original se situó adentrada en el bosque, y ahora se conoce como Molino Viejo. La empresa fue una de las primeras sociedades anónimas de Guatemala. Algunas personas relatan, porque no se cuenta con registros certeros, que la empresa fue inaugurada por el presidente Justo Rufino Barrios.
Con los años, el molino cambió de propietarios, quienes modernizaron la maquinaria traída de México, la misma que aún puede apreciarse en lo que ahora es un museo. Hace nueve años dejó de funcionar, cuando operaba a su máxima capacidad las 24 horas del día, en total se procesaban unos 300 quintales de trigo, pero el mercado les demandaba el triple.
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Actualmente, es una reserva natural de 175 hectáreas, que conecta con el Astillero Municipal de Tecpán, declarado como Reserva Forestal. Hay diez nacimientos de agua, uno de los cuales es el principal abastecedor de la ciudad de Guatemala.
Flora y fauna
Entre la diversidad de flora que se puede apreciar en el lugar hay pino (Pinus pseudostrobus), ciprés común (Cupressus iusitanica), robles o encinos (Quercus). Desde 1938 no se ha realizado ningún aprovechamiento forestal comercial a gran escala, razón por la cual se ha preservado el bosque.
El ave emblema del Molino Helvetia es la xara azul (Cyannocita stelleri), que es la que más abunda. Es posible también encontrar coyotes (Canis latrans), taltuzas (Orthogeomys grandis), armadillos (Dasypus novemcintus), ardillas (Sciurus aureogaster), comadrejas (Mustela frenata), tacuacines (Didelphis marsupialis) y conejos (Sylviagus sp).
Este destino permite al visitante respirar aire puro, y cuenta con senderos ecológicos, y vistas impresionantes, así como con hospedaje para quienes deseen pernoctar en sus instalaciones. Otro atractivo es la cercanía con el sitio arqueológico Iximché, antigua capital de la etnia cakchiquel.