Ya aseguraba en Radio Bilbao hace unos días el alcalde de Trapaga, Xabier Cuéllar (PNV), que "todos los edificios que han sido industriales, tras la crisis (previo cierre y posterior abandono) se están esquilmando, se trata de robar todo lo que hay de chatarra llegando incluso a provocar un problema de orden público".
A partir de aquí, hasta tres administraciones (Ayuntamiento de Sestao, Ayuntamiento de Trápaga y Gobierno Vasco) se ponían manos a la obra para valorar en el caso de la Babcock su derrumbe como única solución. De hecho, solicitaron presupuesto a varias empresas de excavaciones para tratar de compartir el gasto y acabar con el problema "porque están desvencijando el patrimonio", decía Cuéllar. Y es que en dos años, según fuentes del Departamento de Seguridad, han sido imputadas o detenidas hasta 79 personas en la zona y la Ertzaintza, nos reconoce, ha tenido que intervenir en los últimos meses diariamente por incidentes de todo tipo. Lo último en este capítulo Babcock pasa por la solicitud de la administradora concursal para tirar abajo lo que queda de este emblema industrial de Bizkaia y hacerlo por seguridad.
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Posible denuncia
Frente a esta situación, la Asociación de Patrimonio Industrial ya anuncia que estudia la presentación de una denuncia porque se niegan a que se derribe. Su presidente, Javier Puertas, cree que esa no debe ser la solución, y anuncia batalla, como la advierte también en estos micrófonos en el caso de Zorrozaurre, concretamente con tres casos:Mefesa, Cromoduro y Consonni. Las tres empresas están sin actividad y las tres, un día sí y otro también, sufren robos con total impunidad. En el caso de Mefesa, además, su situación al final de la península, con el depósito de vehículos de policia municipal como único compañero, con más facilitad todavía. Desde la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial, Javier Puertas nos dice que cuando se planteó la reurbanización para la futura isla su arquitecta solicitó estudios previos para determinar qué arquitecturas industriales tenían valor patrimonial y deberían formar parte de esa nueva imagen de Zorrozaurre, sin embargo, la Comisión Gestora, según Puertas "hace oídos sordos".
Puertas dice que no entiende por qué a día de hoy no se han tomado medidas oportunas para que esos elementos se preserven. Dice ser consciente del coste, pero cree que debe asumirse como una inversión porque de alguna manera "preserva la memoria del lugar y califica urbanísticamente estos nuevos entornos". A su juicio, se está cayendo en una "urbanalización" y esto se debe impedir.
Puertas insiste en que seguirán siendo el azote de la Comisión Gestora y del Ayuntamiento porque "la resignación que provoca el derribo es inaceptable".